Los abrazos son mucho más que un simple gesto de afecto; tienen múltiples beneficios para la salud física y emocional. Aquí te comparto algunos de los beneficios de los abrazos según la ciencia:
Reducen el estrés: Brindar apoyo a través del tacto puede disminuir el estrés tanto en la persona que recibe el abrazo como en quien lo da.
Controlan la presión arterial: Los abrazos ayudan a reducir los niveles de presión arterial y la frecuencia cardíaca, lo que es beneficioso para la salud cardiovascular.
Fortalecen el sistema inmunitario: La oxitocina, una hormona liberada durante los abrazos, contribuye al fortalecimiento del sistema inmunitario.
Mejoran la autoestima: El contacto físico puede mejorar la seguridad y la autoconfianza, permitiendo que otra persona entre en nuestro espacio íntimo con un gesto de cariño.
Facilitan la comunicación: El abrazo es una forma de lenguaje corporal que transmite mensajes de cariño, apoyo y empatía.
Disminuyen el dolor: El contacto cercano y afectuoso de un abrazo puede aliviar el dolor físico y emocional.
Mejoran el estado de ánimo: Un abrazo puede levantar el ánimo y aportar una sensación de bienestar y felicidad.
Estimulan la capacidad sensitiva: El tacto es un sentido poderoso que se activa con los abrazos, reforzando la conexión emocional entre las personas.
Estos son solo algunos de los beneficios que los abrazos pueden aportar a nuestra vida.
Cuánto debe durar un abrazo saludable
La doctora Ernese Nagy, de la Facultad de Psicología de la Universidad de Dundee ( Escocia) asegura, en una investigación publicada en el Journal of Ethology, que por lo general los abrazos duran una media de tres segundos, “un abrazo dura tanto como muchas otras acciones humanas y apoya la hipótesis de que pasamos por la vida percibiendo el presente en una serie de ventanas de unos tres segundos”.
Sin embargo, los expertos en el ámbito han llegado a la conclusión de que los abrazos deberían durar al menos ocho segundos, pues es el tiempo suficiente para que el cuerpo libere hormonas neurotransmisoras relacionadas con el bienestar y el vínculo emocional. Y si dura veinte segundos, el efecto reparador se hace más duradero.
Pero no solo es importante la duración del abrazo, la presión ejercida también tiene sus consecuencias directas en la sensación de bienestar. La presión profunda de un abrazo puede tener efectos positivos en el nervio vago y, en consecuencia, en el sistema nervioso autónomo, que está asociado con la regulación del estrés, la ansiedad y la relajación.