Durante siglos, el orégano se ha valorado por su poder aromático y particular sabor que, al incorporarse en los platos, les aporta un toque delicioso. Lo que algunos desconocen es que, más allá de estos usos, es un ingrediente con muchas aplicaciones medicinales.
Sus aceites esenciales volátiles y los antioxidantes que contiene pueden aprovecharse tanto para el tratamiento como para la prevención de algunas enfermedades.
Para empezar y muy adecuado para la época, la infusión y el aceite de orégano son soluciones naturales contra la congestión que afecta la salud respiratoria. Este síntoma es muy frecuente en casos de gripes y resfriados. Los aceites volátiles del orégano atraviesan las fosas nasales y tienen un efecto mucolítico y expectorante. Es conveniente toma 2 a 3 tazas diarias, bien caliente. Esta misma infusión es útil en caso de cólicos menstruales, debido a que tiene propiedades que combaten los espasmos.
Antioxidante muy efectivo
Además, Un agente activo contenido en el orégano, el ácido rosmarínico, ejerce un potente efecto antioxidante. Este refuerza la respuesta del sistema inmunitario ante los patógenos y agentes externos que afectan la salud. El orégano aporta mucha más cantidad de esta sustancia en comparación con otras fuentes vegetales.
Hay más: Por su aporte de una sustancia llamada beta-cariofilina (E-BCP), el orégano es un aliado de la salud articular y ósea.
En concreto, este componente disminuye el exceso de inflamación y ejerce un efecto analgésico. Esto sumado a sus antioxidantes, como la quercetina, favorece que el organismo pueda reparar más rápidamente los efectos de la oxidación celular, elimine toxinas más eficientemente y ayude al movimiento.
Desintoxicante y quema grasas
Su ingesta frena el desarrollo de los parásitos e impiden que generen infecciones graves en el sistema digestivo. Además, sus agentes antimicrobianos como el timol y carvacrol limpian el tubo digestivo y previenen el ataque de estos microorganismos.
El carvacrol es sin dudas uno de los activos más importantes del orégano. Tiene efecto antifúngico, por lo que combate las candidiasis. En estos casos, se sugiere el aceite esencial de orégano apto para consumo, que debe estar certificado. Por otro lado, el carvacrol disuelve la grasa para evitar su acumulación en el hígado, el sistema linfático y otras partes del cuerpo. Su ingesta en pequeñas cantidades ayuda a regular el peso corporal, a la vez que aumenta la actividad metabólica para una correcta eliminación de la grasa.