El día 25 de este mes, se emitió un alerta epidemiológico en Brasil debido a la muerte de dos mujeres, jóvenes y sin comorbilidades, a causa de un virus transmitido por jejenes y mosquitos: el Oropouche.
Estas son las dos primeras muertes registradas en el mundo por la enfermedad, según el Ministerio de Salud brasileño. "tuvieron síntomas similares al dengue grave", se comunicó. "Hasta el momento no había ningún relato en la literatura científica mundial sobre fallecimientos por la enfermedad", señala el documento emitido por el organismo gubernamental.
Las autoridades sanitarias de Brasil estudian además seis posibles casos de transmisión vertical de la enfermedad, es decir de la madre embarazada al hijo. Dos de esos casos acabaron con la muerte del feto, uno en aborto espontáneo y tres presentaron anomalías congénitas, como la microcefalia.
Las primeras muertes por la fiebre de Oropouche coinciden con el brote de dengue que sufre Brasil este año, el peor de su historia, con 6,4 millones de casos positivos, al menos 4.824 muertes confirmadas desde el 1 de enero de 2024 y 2.250 en investigación.
¿Qué es el Oropouche?
Según la Organización Panamericana de la Salud, el Oropouche (OROV) es un arbovirus perteneciente a la familia Peribunyaviridae. Fue detectado por primera vez en 1955 cerca del río Oropouche en Trinidad, seguido de varios brotes en Brasil hacia fines del siglo pasado. En 2024, se han reportado más de 7.700 casos de OROV en cinco países de las Américas: Brasil (6.976 casos hasta mediados de 2024), Bolivia, Perú, Cuba y Colombia.
El Oropouche es una enfermedad transmitida por vectores, principalmente a través de la picadura de un insecto comúnmente conocido como jején (Culicoides paraensis). También puede ser transmitido por el mosquito Culex quinquefasciatus.
Los síntomas incluyen aparición repentina de fiebre, dolor de cabeza, rigidez en las articulaciones, dolores y molestias y, en algunos casos, fotofobia, diplopía (visión doble), náuseas y vómitos persistentes. Los síntomas pueden durar de cinco a siete días.
En raras ocasiones, pueden presentarse casos graves con meningitis aséptica. La recuperación completa puede tardar varias semanas. Hoy en día no existe un tratamiento que elimine el virus. Si bien es conocido, no se lo consideraba mortal.