¡Feliz día, abuelos! Encargados por siempre de "malcriar" a los nietos, su papel en la sociedad ha ido cambiando y es tan variado como nos podamos imaginar: desde sostén de la familia o muy activos, al día con las tendencias actuales y de mente abierta, a aquellos que aún encarnan el imaginario tradicional. Lo que vale es que el afecto de los abuelos enriquece el mundo de los niños y aún cuando ellos ya son adultos, encarnan ese amor que no se cambia por nada.
El 26 de julio se celebra en la religión católica el día de Santa Ana y San Joaquín, los abuelos de Jesús. Y con esta fecha llega un día especial: el Día de los Abuelos. Su papel en la familia puede variar pero sin dudas es uno de los pilares, porque significa no solo que son los miembros de más edad, sino que, según las investigaciones realizadas por diversas Universidades, aportan cuidado a los nietos y con esto ayudan a sus hijos, proponen nuevas formas de ver el mundo a los más chicos de la casa y entregan un amor libre de la carga de la paternidad, que ellos mismos vivieron, conocen y comprenden.
En este día, es bueno recordar que los abuelos atraviesan su propio camino en la vida y poner el foco en aquellas situaciones que pueden poner en riesgo su salud.
2 puntos claves para cuidarlos
Aunque no existen datos oficiales al respecto, los abuelos siguen siendo en el imaginario cultural los " cuidadores naturales" de sus nietos cuando los padres no pueden hacerlo. Se calcula que hoy en día, uno de cada cinco abuelos es quien ejerce este rol durante todo el día, mientras sus padres trabajan.
Esto ha dado origen a lo que se conoce como el "sindrome de la abuela esclava" un nombre poco feliz para llamar a una serie de síntomas como agotamiento, insomnio y ansiedad, que al interrogatorio aparecen como consecuencia de la obligación de cuidar a sus nietos durante muchas horas al día. Esto conlleva además que al estar ocupados todo el día, estos abuelos no pueden tener conexión con sus amistades, o tiempo libre, o cumplir con su propio autocuidado ( en una etapa en la que la salud lo requiere).
En el otro extremo, hay un grupo de abuelos que no tiene interacción social con su familia o sus nietos. Según una publicación de la revista BBC Medicine, se encontró una relación entre la frecuencia de esta interacción y la mortalidad en los adultos mayores. La falta de interacción, en especial en aquellos que viven solos, se asoció con mayor cantidad de eventos cardiovasculares y una mayor tasa de mortalidad.
Las redes sociales y la comunicación virtual, si bien suplantan en parte esa presencia de la familia, no la reemplazan, se concluye en el estudio. No solo porque visitar a sus hijos y nietos les da alegría y esto tiene un efecto positivo en su salud, alejando la depresión y previniendo el deterioro cognitivo; sino además porque al estar solos, pueden ignorar o verse imposibilitados de atender síntomas en su salud, con las consecuencias que esto trae.