"Todo salió impecable y ya estoy recuperándome en mi casa. Con estricta dieta y descanso. Rodeada del amor de la familia y amigos”, comenta Mariana Brey, luego de que días atrás tuvo que ingresar prácticamente directo del avión al Sanatorio Finocchietto en Buenos Aires, donde le hicieron una operación para extirparle la vesícula biliar.
La causa de la operación que alarmó a sus seguidores es bastante frecuente: una vesícula biliar inflamada, debido a la presencia de cálculos. Estos se pueden movilizar en cualquier momento y de acuerdo con su tamaño, obstruir o no los conductos biliares, lo que se convierte en un infierno en pocos minutos. Muchas personas ignoran que tienen cálculos en la vesícula, y atribuyen molestias o dolores abdominales a excesos en las comidas o problemas hepáticos. Incluso, podemos tener cálculos y que no nos molesten por años. Pero cuando lo hacen, mejor prevenir.
¿Por qué tuvo que operarse tan rápido?
La colelitiasis ( piedras en la vesícula) se diagnostica mediante una ecografía y allí es fácil determinar el tamaño de los cálculos, el grado de inflamación y si las paredes del órgano se encuentran dañadas o afectadas. También, mediante análisis clínicos, se observa rápidamente si dentro del hepatograma hay aumentos de las enzimas hepáticas, infección, etc.
En base a estos estudios, el cirujano puede aconsejar que la vesícula se retire completamente, para evitar complicaciones que son bastante graves. "Puede complicarse con procesos inflamatorios de la vesícula (colecistitis aguda), pancreatitis u obstrucción del conducto biliar", comenta Adrian Luraschi, cirujano general.
"Estas dos últimas complicaciones son más frecuentes en pacientes que tienen pequeños cálculos ya que pueden pasar con mayor facilidad al conducto biliar y al páncreas. Es por eso que ante la presencia de síntomas es indicativo realizar un tratamiento quirúrgico para evitar estas complicaciones y sus síntomas repetidos. Cuantos menos procesos inflamatorios tenga el paciente, más sencillo resulta el procedimiento".
Cómo es un cólico biliar
Lo que en principio aparece es el típico dolor muy intenso en la parte superior derecha del abdomen, por debajo de las costillas y en la boca del estómago. Este dolor puede irradiarse (es decir trasladarse a la región posterior hacia el lado derecho de la espalda y puede acompañarse de náuseas y vómitos). A veces lo que llamamos " ataque de hígado" no es más que un cólico de vesícula.
Estos cuadros dolorosos suelen desencadenarse típicamente unas horas después de que se ingieren comidas altas en grasas, salsas o fritos ya que estos hacen contraer a la vesícula y puede movilizar los cálculos en su interior obstruyendo la salida de bilis de la vesícula. Esto provoca un cuadro de dolor abdominal agudo tipo cólico (cólico biliar).
Cuando tomamos antiespasmódicos que relajan los conductos biliares, si los cálculos son pequeños pueden moverse y eliminarse. Pero esto no siempre ocurre y el cuadro se agrava en pocas horas.
¿Cómo es el procedimiento quirúrgico?
El procedimiento consiste en extraer de manera completa la vesícula con los cálculos que están alojados en su interior. Se realiza por cirugía laparoscópica, en la gran mayoría de los casos y con anestesia general.
Se utiliza un equipo de alta tecnología con visión full HD, instrumental de 5 mm, lo que permite con mínimas incisiones realizar el acto quirúrgico con una excelente y magnificada visión de las estructuras. Esto lo convierte en el método de elección, más seguro e indiscutible en el tratamiento de los cálculos en la vesícula.
¿Qué pasa el día de la cirugía?
En primer lugar, todo paciente necesita previamente la evaluación por un anestesista, un electrocardiograma con evaluación cardiovascular realizada por un cardiólogo y análisis de rutina y de coagulación. Una vez realizados los estudios previos con antelación, el paciente ingresa el día de la cirugía en ayuno de 8 hs (nada de líquidos ni alimentos)
Previo al ingreso a quirófano se realiza una premedicación, que permite la relajación y la tranquilidad que el paciente necesita en una situación de estrés que es el acto quirúrgico, llevándolo a un estado de calma total previo al procedimiento. También en cada pequeña incisión se coloca anestésico local para minimizar el dolor posterior a la cirugía, que dura entre 20 minutos y una hora.
¿Cuándo se da el alta?
Si la recuperación fluye adecuadamente, la cirugía mini invasiva permite que los pacientes no necesiten estar más que unas horas internados. Esto es más común cuando no ingresaron de urgencia sino que han podido programar la intervención. "Si estás viviendo un proceso parecido, no dudes en parar, pensar, consultar y decidir lo mejor para tu bienestar", comenta Mariana, quien en poco tiempo podrá volver a sus trabajos en TV.