Aunque los mosquitos pueden picar a cualquier persona, existen factores específicos que los hacen preferir a algunas personas sobre otras. La clave de esta elección radica principalmente en las sustancias químicas que emite nuestra piel.
Los niveles de ácido láctico y otros compuestos que producimos naturalmente juegan un papel importante en la atracción de estos insectos. Además, la cantidad de dióxido de carbono que exhalamos es otro de los principales factores que nos convierte en objetivos, ya que los mosquitos pueden detectarlo desde más de 60 metros de distancia. Cuanto más CO2 emitimos, mayor es la probabilidad de que nos piquen.
Otro factor determinante es el tipo de sangre. Aquellos con sangre tipo O son picados con mayor frecuencia que quienes tienen tipos A o B. Esto se debe a que los mosquitos encuentran que la sangre tipo O les proporciona una mejor nutrición. Según estudios, las personas con este tipo de sangre son el doble de propensas a ser picadas.
La higiene personal también influye en la atracción de los mosquitos. Aunque pueda parecer contradictorio, tener mayores niveles de bacterias en la piel puede hacerte menos atractivo para estos insectos.
Sin embargo, productos como desodorantes, perfumes o jabones, así como las fragancias que utilizamos, pueden atraerlos más. Estas sustancias químicas en el aire actúan como señales que los mosquitos usan para localizar a sus víctimas.
Por último, el color de la ropa que usamos puede ser otro factor que influya. Los mosquitos se sienten más atraídos por los colores oscuros y vivos, como el negro y el rojo. Un estudio de la Universidad de Florida demostró que los colores más atractivos para los mosquitos son el negro, seguido del rojo, mientras que el verde y el amarillo son menos atractivos.