¿Y qué nombre le pondremos? Suele ser una de las preguntas frecuentes que realizan las parejas que esperan un bebé. Algunas ya lo tienen elegido antes de confirmar el embarazo. Las que no, suelen dedicar muchas horas a pensar, consultar, proponer y consensuar qué nombre se le pondrá. Es que el nombre elegido no solo marcará la identidad del nuevo integrante de la familia, también será, salvo raras excepciones, algo que lo acompañará para toda la vida.
Entre los criterios para decidirse están los que optan por continuar las tradiciones familiares, repitiendo nombres de generaciones anteriores. Otras familias prefieren ser creativas y originales. En el mundo de los famosos, los nombres poco convencionales suelen ser noticia. La actriz Eugenia "China" Suárez escogió Magnolia, Rufina y Amancio para sus hijos. Jimena Barón y Daniel Osvaldo llamaron a su hijo Morrison, aunque hoy todos le dicen "Momo". Natalia Oreiro junto a su pareja, Ricardo Mollo, eligieron para su único hijo los nombres Merlín Atahualpa. Zaira Nara llamó a su hija, Malaika que significa ángel en suajili y Viggo a su hijo pero no en homenaje al actor Viggo Mortensen sino porque en idioma escandinavo significa guerrero.
Normativa en la Argentina
En nuestro país a partir de 1999, se flexibilizaron las restricciones para permitir una mayor libertad en la elección de nombres, incluyendo aquellos de origen extranjero o de pueblos originarios. Sin embargo, existen algunas excepciones. Según el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, no se pueden inscribir más de tres nombres debido a la limitación de espacio en el DNI, tampoco se permite que dos hermanos vivos compartan el nombre. Además, está prohibido inscribir aquellos que sean considerados extravagantes u ofensivos y puedan convertir a la persona en objeto de burla, rechazo o humillaciones.
Los nombres de mujer para varones y viceversa, salvo excepciones como José María o Andrea, tampoco se permiten. Un fenómeno reciente ha sido la popularidad de nombres neutros, que pueden ser utilizados tanto para niños como para niñas. En esta categoría, Anderson fue uno de los más elegidos.
En cuanto al apellido se inscriben con el primero de alguno de los progenitores o el primero de ambos, en el orden que elijan. Si los padres no se ponen de acuerdo, el asunto se resuelve por sorteo en el Registro Civil. Todos los hijos del mismo matrimonio tienen que llevar el mismo que se haya decidido para el primer hijo. Otro dato a tener en cuenta es que no se pude usar como nombre una palabra que sea un apellido.
El Registro Nacional de las Personas (Renaper) suele dar a conocer un informe conlos nombres más elegidos. El año pasado lideraron el ranking Olivia para las nenas y Felipe para los varones. El top five de nenas se completó con Emilia, Isabella, Catalina y Emma. Entre los varones estuvieron Mateo, Benjamín, Valentino y Bautista.
No existe un listado de nombres no permtidos y las prohibiciones no suelen ser frecuentes pero hubo dos casos llamativos: unos padres intentaron llamar a su bebé Satanás, y otro matrimonio quiso inscribir a su hija como Nada. Durante la pandemia una familia intentó bautizar a su beba Covid pero se lo rechazaron.
Las regulaciones no son un invento argentino. En muchos países, también existen para evitar los que puedan resultar ofensivos o ridículos. En Alemania, por ejemplo, se prohibió a una pareja turca llamar a su hijo Osama Bin Laden. En Japón, las autoridades pueden rechazar nombres que no consideren apropiados, como ocurrió en 1993 con el nombre Akuma, que se traduce como "demonio".
En Estados Unidos y Reino Unido, las políticas son más flexibles. Los padres tienen la libertad de elegir casi cualquier nombre, viéndolo como una expresión de sus derechos constitucionales. Así fue como el actor Nicolas Cage llamó a su hijo Kal-El, en honor a Superman, y Cameron Diaz y Benji Madden inventaron el nombre Raddix para su hija.