Con el verano llega el tiempo de dejar poner en pausa las obligaciones laborales y tomar un merecido descanso. Sin embargo, a la hora de vacacionar, los viajes extensos, las jornadas agobiantes o la posibilidad de estar lejos de los especialistas puede acobardar a alguna futura mamá. Pese a estos reparos, las vacaciones no son incompatibles con el embarazo; solo se deben tener en cuenta algunas precauciones para evitar sustos y así el tiempo y lugar de descanso serán un placer y no un riesgo.
Una primera sugerencia es que la decisión del destino de vacaciones y la distancia de viaje se consulten con el obstetra. Juntos se podrán evaluar las mejores opciones. Si las vacaciones se planifican en un lugar lejos, la época más segura para desplazarse será entre la semana 18 a la 24 ya que es cuando la futura mamá se siente mejor, en general ya sin vómitos ni náuseas. También es cuando el riesgo de sufrir un aborto espontáneo o un parto prematuro es menor.
Otro punto importante para evaluar es que las condiciones higiénico-dietéticas sean las adecuadas tanto del lugar elegido para hospedarse como de la ciudad. Es importante averiguar de antemano la disponibilidad y calidad de atención médica, también conocer las ubicaciones de los centros de salud, para saber adónde ir en caso de que se presente una urgencia.
Evitar rotundamente las zonas donde el dengue está presente, cualquiera sea la semana de gestación –si bien es más riesgoso en la primera mitad del embarazo. Llevar siempre repelentes, más allá del lugar de destino, y cumplir con las dosificaciones diarias de aplicación (el regular es cada 2 y los extra duración cada 6 horas). Los especialistas sugieren además no elegir destinos que requieran de vacunas ya que algunas de ellas están contraindicadas durante la gestación.
Si el medio de transporte elegido para viajar es en auto, habrá que programar detenciones cada dos horas para estirar las piernas o dar un paseo que reactiven la circulación y eviten la trombosis. Si la familia planea trasladarse en avión es fundamental obtener el permiso médico ya que algunas aerolíneas lo requieren. Ya en vuelo es importante no permanecer sentada largo tiempo sino caminar cada dos horas para favorecer la circulación de la sangre, beber agua en abundancia y colocar el cinturón de seguridad por la parte baja de la pelvis.
Es preciso contar con un seguro médico y chequear atentamente todas sus cláusulas. Siempre se debe declarar que la mujer gestando para evitar conflictos posteriores. Un detalle importante es averiguar hasta qué semanas de embarazo el seguro contratado cubre la atención ya que varían según la aseguradora-, y estar al tanto de que ninguna cubre la atención del parto. Tener siempre a mano el número de teléfono al cual deben comunicarse ante un cuadro de emergencias.
Además, es de buena práctica viajar con un pequeño botiquín armado para casos menores ya que puede ser difícil adquirir medicación en el exterior, como antieméticos, antidiarréicos, analgésicos, o cualquier otro que el obstetra considera por conocer el desarrollo de ese embarazo. Nunca automedicarse. sino consultar con tu equipo médico.
Durante el embarazo las variaciones hormonales provocan una mayor cantidad de transpiración y pueden llevar a la deshidratación. Por eso, es muy importante beber mucha agua y evitar la exposición al calor durante períodos prologados de tiempo. Además, la piel requiere una mayor protección del sol porque las alteraciones hormonales generan mayor predisposición y sensibilidad a manchas u oscurecimiento por los cambios de pigmentación. Es recomendable utilizar sombreros, protector solar y evitar exponerse al sol en horarios del mediodía.
En el lugar de vacaciones hay que tener especial cuidado con las comidas y sobre todo con el agua. No tomar agua de la ciudad de destino, o jugos o bebidas con hielo, tratando de consumir todo tipo de bebidas embotelladas. Buenas alternativas al agua son los jugos cítricos, la leche y las bebidas deportivas, en particular para aquellas mujeres que transpiran bastante.
Como conclusión, siempre es conveniente conversar con el especialista para ponerlo al tanto de los planes durante el embarazo y tener en cuenta sus recomendaciones para evitar complicaciones.