En lo que parece atrapar mejor que el mejor melodrama, las idas y vueltas entre Mauro Icardi y Wanda Nara, todos los días suman un nuevo capítulo. La historia ya comenzó con escándalo cuando hace más de una década la rubia se separó de su marido, Maxi López, para casarse con un amigo de él, Mauro Icardi. El romance fue tan famoso que se inventó un nuevo término: Icardeada.
Hubo boda lujosa, vida lujosísima, ostentación de compras de miles de euros, dos hijas, tatuajes y declaraciones de amor constante. Hasta que en octubre de 2021, Wanda aseguró que su entonces marido le fue infiel con la China Suárez y la historia de amor derivó en una historia de nunca acabar. Peleas, reconciliaciones, más peleas, división de bienes, mudanzas, otra reconciliación. En las últimas semanas la novela no paró de sumar capítulos con la posible convivencia de Icardi con Suárez en la casa que siempre soñó Nara.
Ante esta historia, la pregunta qué muchos se formulan es qué vínculo misterioso une a estas dos personas para que no puedan “soltar” o al menos ser más prudentes. Sus actitudes hacen pensar que quizás ambos sufran limerencia. Este término aunque no muy conocido fue acuñado por la psicóloga estadounidense Dorothy Tennov, para describir una especie de Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) enfocado hacia el amor, donde el que lo padece busca obsesivamente ser correspondido de igual modo.
La limerencia se presenta por medio de fantasías, enamoramiento obsesivo y un estado en el que constantemente se pasa de la euforia a la desesperación. La persona afectada idealiza a la persona deseada y busca de forma intensa llamar su atención y sobre todo ser correspondido. Según los expertos, este amor obsesivo llega a convertirse en un problema tanto para quien lo sufre como para el objeto de la obsesión.
Sobre si Icardi y Wanda padecen este trastorno, Diana García Dilba, Psicóloga e Hipnoterapeuta (M.N. 67130 IG: @dianagarciadilbapsicologa) le dice a Pronto. "Es temerario hacer un diagnóstico de alguien (o de una pareja) sin que haya/n pasado varias sesiones en nuestro consultorio. Pero haré una aproximación no empírica sobre este caso tan mediático. ¿Algo pasa? Parece que sí, algo pasa y no es precisamente amor de telenovela (lamento romper corazones), sino que es un trastorno (o varios). La limerencia es una teoría que podría encuadrar en esta relación, pero también comparto otra que podría ser un número fijo: la codependencia emocional que se origina desde una relación tóxica (a veces, más que Chernobyl): es la incapacidad de cortar definitivamente una relación de pareja". Segú la licencida Dilba, "Es una adicción que genera una necesidad irracional, desmesurada del otro/a. Luchamos para que la relación funcione, con algunos momentos de lucidez en los que tenemos claro que no somos felices, pero no somos capaces de romper para siempre ese vínculo tóxico".
Aunque se suele confundir limerencia con enamoramiento existe una gran diferencia. El segundo es maduro, sano, profundo y real y sobre todo, correspondida. En cambio, en la limerencia el eje se da en la necesidad obsesiva de ser correspondido. Es un estado mental involuntario en el que una persona se siente atraída por otra y desarrolla una necesidad obsesiva e imperante de llamar su atención. "Un día, así de la nada, empiezas a sonreír y a ver todo de color rosa. Si eres correspondido se produce la magia, pero si no… caes en la limerencia", explica a lingüista española Laura García Arroyo en su libro "Funderelele y más hallazgos de la lengua".
En la limerencia, el amor deje de ser un sentimiento placentero para convertirse en una tortura en quien lo padece. Se establece una relación tóxica que derivará en celos, incomunicación y en situaciones extremas puede provocar consecuencias físicas y psicológicas en quien lo sufre. Esto ocurre porque aunque se experimenta la sensación de estar “locamente enamorado”, los pensamientos intrusivos pasan de provocar una alegría intensa a una sensación de desesperación, tristeza y angustia por la indiferencia del otro.
Este trastorno emocional tampoco se debe confundir con el Love Bombing o bombardeo amoroso, que es cuando una persona llena de detalles, regalos, cumplidos y de afecto a otra pero no como parte de un sincero acto de amor sino como una estrategia de manipulación para lograr “engancharlo” y que actúe de modo que de otra forma no haría.
¿Cómo determinar si se está ante un enamoramiento genuino o experimentando limerencia? Según publica el portal de la BBC, la principal señal de la limerencia son los pensamientos obsesivos con la persona que nos atrae o de la que se está enamorado. Estos pensamientos que aparecen en todo momento pueden llegar a causar problemas en la vida cotidiana. Se produce ansiedad y un gran bajón anímico ya que resulta difícil encarar actividades que no estén relacionadas con conseguir la aprobación de la persona que nos atrae.
¿Qué causa la limerencia? Según el sitio PsychCentral, puede ser provocada por varios factores, como un estilo de apego poco sano, necesidades emocionales que no se cumplen, estar pasando por un problema de desbalance hormonal, experimentar un trauma o una pérdida, tener una tendencia a fantasear y a dejarse llevar por esas fantasías, o incluso la presión social de tener una pareja.
Para superar este trastorno, lo más adecuado es recurrir a la ayuda de un profesional para conocer de dónde viene esa obsesión que se experimenta y descubrir herramientas útiles que permitan superarlo. El objetivo es poco a poco ser más real en la percepción del otro, no dejarse llevar tanto por emociones e ir aceptando que aunque duela, a veces uno dice “hola” y el otro solo quiere decir “adiós”. Así que habrá que llorar un rato, recomponerse y simplemente encontrar a otra persona que valore lo que somos y damos en vez de convertirnos en una versión barata de Bebé Reno.