CONSEJOS ÚTILES

Cómo cuidar la piel del cuello y el escote: el secreto mejor guardado del cuidado facial

La rutina que las expertas en belleza ya incorporaron para mantener esta zona firme, luminosa y sin líneas

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En la búsqueda de una piel radiante, muchas veces el foco se centra en el rostro, pero hay una zona que revela el paso del tiempo antes de lo que imaginamos: el cuello y el escote. Fina, sensible y constantemente expuesta, esta piel requiere una atención especial para mantener su firmeza, hidratación y luminosidad.

El cuidado del cuello y el escote no se trata de una rutina complicada, sino de extender los mismos hábitos que aplicamos al rostro. La limpieza diaria, por ejemplo, es clave para eliminar residuos de contaminación, protector solar o maquillaje que se acumulan durante el día. Un limpiador suave, acompañado de movimientos circulares y delicados, evita irritaciones y prepara la piel para absorber los activos que vienen después.

El siguiente paso es la hidratación profunda. Cremas con ácido hialurónico, colágeno o vitamina E ayudan a mantener la elasticidad y prevenir la flacidez. Aplicarlas con movimientos ascendentes, desde el escote hacia el mentón, activa la circulación y mejora la firmeza. También se puede sumar un sérum antioxidante o un aceite ligero para nutrir la piel durante la noche.

Otro punto fundamental es la protección solar diaria. Aunque muchas veces olvidada, esta zona está expuesta a los rayos UV tanto en exteriores como frente a pantallas, lo que puede generar manchas, arrugas y pérdida de tono. Un protector solar de amplio espectro, aplicado todas las mañanas, es el gesto más eficaz para prevenir el fotoenvejecimiento.

Además, los hábitos de postura y descanso también influyen: mirar constantemente hacia abajo al usar el celular, dormir de costado o no cambiar de almohada con frecuencia puede marcar líneas prematuras. Corregir esas pequeñas costumbres hace una gran diferencia.

Incorporar este cuidado diario no solo embellece, sino que refleja una actitud consciente hacia el bienestar. El cuello y el escote son el marco natural del rostro, y cuando están bien cuidados, aportan armonía, elegancia y frescura al conjunto.

La belleza, después de todo, no está solo en los productos, sino en la constancia y en el tiempo que decidimos dedicarnos. Y esta rutina, tan simple como efectiva, es una invitación a hacerlo.