El Día Mundial del Sueño se celebra el 14 de marzo con el objetivo de concientizar sobre la importancia del descanso para la salud física y mental. Impulsada por la Sociedad Mundial del Sueño (World Sleep Society), esta fecha busca destacar los beneficios de un sueño reparador y alertar sobre los trastornos del sueño que pueden afectar la calidad de vida de las personas. De ahí que el lema para este año es: “Hacer de la salud del sueño una prioridad”.
Según datos de dicha organización, aproximadamente el 45% de la población mundial experimentará algún trastorno del sueño en algún momento de su vida. En Argentina, y de acuerdo con un estudio de la Universidad de Buenos Aires (UBA), el 75,95% de los argentinos presenta alguna alteración del sueño y el 38,61% sufre de insomnio o sueño interrumpido.
Dormir bien es mucho más que acumular horas de sueño. Un descanso adecuado influye en la memoria, el estado de ánimo, el rendimiento cognitivo y la prevención de enfermedades. Un cerebro activo necesita descansar ya que en esas horas de aparente descanso también procesa la información recibida durante el día, la clasifica y guarda los recuerdos que hayan sido significativos.
Por eso, es importante propiciar buenos hábitos para contribuir al descanso, entre ellos disponerse a dormir con ropa cómoda, comer liviano y evitar tomar café o bebidas estimulantes cuando comienza a bajar la luz solar; también es conveniente evitar estresores como programas de noticias y darse una ducha de agua caliente o un baño de inmersión antes de ir a la cama. Incluso, para irnos a dormir más tranquilos, puede se conveniente realizar una lista de las tareas concretadas y las propuestas para el día siguiente.
El sueño en la tercera edad: mitos y realidades
Con el correr de los años se tiende a dormir menos, pero eso no necesariamente quiere decir que se duerma mal o peor. A medida que se envejece, el patrón de sueño cambia.
Graciela Spinelli, Lic. en Gerontología y responsable del Dpto. de Gerontología de la Residencia y Centro de Rehabilitación Los Pinos, explica que “disfrutar de un buen dormir es mucho más que acumular horas de sueño. Sabemos que el descanso es fundamental para un óptimo estado de salud, pero esto varía con los años”.
“Si en la juventud necesitábamos 12 hs de sueño para levantarnos bien, eso no se sostiene a lo largo de la vida. Una persona que ya dejó sus actividades laborales pierde el orden; el trabajo ordena los horarios y además nos permite llegar cansados a la hora del descanso, aunque a veces ese mismo cansancio impide relajarnos. Alejados ya de las actividades laborales, podemos ser protagonistas de la utilización total de nuestro tiempo. Planificar actividades y horas de descanso, nos permitirá ordenarnos y adecuarlas a nuestro propio ritmo”, añade la Lic. en Gerontología.
“Nuestro descanso reparador no puede depender de una medicación milagrosa, si bien es cierto que en muchos casos cuando es indicada por un profesional es efectiva; con las personas mayores sucede que se toma durante muchos años el mismo medicamento, entonces ya va perdiendo efecto por la costumbre del organismo al mismo, pero nuestra mente considera que aún lo necesita. Por ello, es bueno reflexionar sobre esto”, afirma.
Adaptarse a estos cambios y mantener hábitos saludables es clave para garantizar un descanso reparador en adultos mayores. La profesional comparte 4 recomendaciones para lograrlo:
- Durante el día la persona puede tener lapsos de descanso que no necesariamente implican estar en una cama. Luego de almorzar se puede descansar en un lugar calmo y tranquilo o quizás 15 minutos de sueño pueden cumplir una importante función reparadora.
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- Realizar caminatas, escuchar música, leer o simplemente ojear una revista pueden ser actividades que propicien un espacio de descanso y relax sobre todo cuando ya, alejada del ritmo laboral, la persona se encuentra sin orden en la utilización de su tiempo. Es bueno seguir pensando en las horas del día, planificar diversas actividades - algunas de movimiento, otras más pasivas - pero siempre ocupando el tiempo en actividades placenteras.
- No es recomendable llegar al momento del descanso con la utilización de pantallas, sean celulares, tablet o televisión. Estos elementos pueden utilizarse para escuchar música relajante, por ejemplo, pero sin el uso de la vista porque no favorece la preparación para el descanso.
- El cuerpo es sabio, responde a los ritmos de la luz solar. Es importante pensar en esto y a partir del horario en que la luz natural va disminuyendo, también la persona debe disponerse a hacerlo.