Juana Repetto suele compartir en sus redes sociales distintas reflexiones sobre la crianza de sus hijos, Toribio y Belisario y algunas generan polémica. El jueves 27 de febrero se volvió a abrir el debate porque sigue amamantando a su hijo menor. "Me están volviendo loca con que (Belisario) empezó sala, tiene cuatro y toma teta. Primero, tiene tres, no tiene cuatro. Es el más chiquito de la sala y cumple cuatro a finales de junio. Y sí, sigue tomando teta", se defendió. Con el debate instalado muchas familias se preguntaron ¿Hasta cuándo se debe amamantar a un bebé?
Existe un consenso unánime sobre cuándo comenzar la lactancia aunque no tanto cuando terminarla. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) dentro de la primera hora de vida del niño el bebé debe ser amamantado y continuar alimentándose así en forma exclusiva hasta los 6 meses. Una vez cumplido ese tiempo se deben introducir otros alimentos, pero resulta beneficioso complementarlos con el pecho hasta los dos años de edad, o más. Según el portal de Unicef, la mamá podrá seguir dando teta hasta los dos años de su hijo o hija o hasta que ambos lo decidan. No hay establecido un límite superior para finalizar la lactancia.
Una de las razones que se argumentan para dejar de dar el pecho es que se cree que la lactancia prolongada no aporta nutrientes al bebé. Sin embargo desde la Asociación Española de Pediatría explican que la leche materna no pierde sus propiedades con el paso del tiempo. Al contrario, a partir del primer año de lactancia, la cantidad de grasa en la leche materna aumenta con respecto a los primeros meses lo que la convierte en un un alimento completo con mayor calidad que la leche de fórmula.
Está comprobado, además que los chicos mayores que toman teta cuentan con mayores beneficios inmunológicos que otros nenes de su edad que no son amamantados. No solo se protege al niño de enfermedades infecciosas y crónicas, también mejora su desarrollo emocional y psicosocial. Un dato importante es que no se constataron riesgos físicos ni psicológicos en chicos que toman pecho por encima de los 2-3 años de edad.
Es importante señalar que el destete no se produce en un día ni es algo que se debe realizar en forma abrupta. Es un proceso que comienza cuando se comienzan a agregar otros alimentos o leches además de la materna y culmina el día en que el niño toma el pecho por última vez. Desde la Asociación Argentina de Pediatría destacan que lo ideal es que ese proceso sea gradual y de mutuo acuerdo y que no coincida con otras situaciones de pérdida (mudanzas, enfermedades, fallecimientos). El regreso de la mamá al trabajo es otro mal momento para destetar.
Para favorecer el destete natural, muchos pediatras aconsejan seguir la lógica "no ofrezco, no niego", es decir no darle la teta si no la pide, pero tampoco negársela si lo hace. Con el paso de los meses, lo más probable es que sus tomas vayan siendo más cortas y menos frecuentes. Incluso hay mamás que señalan que un día, sus hijos simplemente perdieron el interés por tomar el pecho. Como en la mayoría de las cuestiones de crianza, el destete natural es cuestión de tiempo, amor y mucha paciencia.