En los trastornos de audición, como en otros aspectos de la salud, se aplica el dicho ; mejor prevenir que curar". Un diagnóstico certero sumado a una intervención temprana en la pérdida de audición en los bebés evitará consecuencias negativas en el desarrollo de su lenguaje, su capacidad de aprendizaje y socialización. La mayoría de las hipoacusias infantiles se manifiestan en el primer año de vida y el 80% está presente en el momento de nacer. Pero la prevalencia de la hipoacusia permanente continúa creciendo durante la infancia.
Por eso, los especialistas coinciden en la importancia de identificar y diagnosticar de forma precoz la hipoacusia infantil Con un buen diagnóstico será mucho más simple brindar los apoyos y herramientas necesarias en el momento adecuado. También será posible minimizar las consecuencias negativas en el desarrollo del lenguaje y en todas las capacidades cognitivas que tienen que ver con ese aspecto de la comunicación
¿Cómo debe ser la pesquisa o screening auditivo universal neonatal?
La exploración temprana de la audición en el recién nacido es fundamental para poder detectar o descartar una deficiencia auditiva. Las familias deben realizarlo los primeros días de vida del bebé, por lo general después de las 24 horas y antes del alta de internación. Si por alguna razón no fuera posible hacerla previo al egreso de la maternidad, es necesario concretarla durante el primer mes de vida del bebé, según recalcan desde el portal de la Mutualidad Argentina de Hipoacúsicos.
Las pruebas más utilizadas para la pesquisa o screening auditivo en los bebés tienen nombres complicados pero son muy sencillas de realizar. Son las Otoemisiones Acústicas y los Potenciales Evocados Auditivos de Screening, estudios que están especialmente indicadas para niños pequeños ya que no precisan de su colaboración.
Cuánod se precisa la intervención terapéutica
Si se detecta una pérdida auditiva en el bebé es indispensable iniciar cuanto antes el proceso de adaptación de audífonos, generalmente en ambos oídos. Su uso permitirá utilizar el resto de su audición para mejorar la percepción del sonido de este modo se podrá evitar así el retraso en el desarrollo del lenguaje. Lo ideal es que el recién nacido debería ser diagnosticado antes de los tres meses y en caso de ser necesario, equipado con audífonos antes de los seis. Otra herramienta importante es la rehabilitación fonoaudiológica, que permita alcanzar el máximo desarrollo del habla y del lenguaje del infante.
Aquellos chicos con pérdida auditiva severa-profunda en ambos oídos, que se beneficien de modo insuficiente o nulo con audífonos, deberán ser evaluados por un profesional como candidatos a un implante coclear. Las familias deben sentirse motivadas y comprometidas con el seguimiento de una habilitación auditiva adecuada.
Otros dispositivos tecnológicos pueden ser de ayuda a medida que el niño va creciendo, para favorecer la comunicación en el y disfrutar de muchas experiencias infantiles normales, por ejemplo: los sistemas FM y los sistemas de aro magnético.
Los bebés pueden dar indicios que no escuchan bien. Por eso, debemos estar atentos a estas señales:
- No se sobresalta, no llora ni reacciona ante ruidos muy altos e inesperados.
- No se respeta por un ruido intenso.
- No gira la cabeza en dirección a la voz de quien le habla.
- No balbucea ni emite sonidos.
Es importante remarcar que la pérdida auditiva en el recién nacido, incluso si es profunda, es una entidad tratable. El diagnóstico e intervención precoz es clave para que el niño desarrolle habilidades sólidas en el habla y lenguaje, sin retrasos innecesarios en otras áreas.