La cromoterapia investiga cómo nos afectan los colores y los utiliza ( en luces, superficies con color, por ejemplo) para que a través de la vista, esas frecuencias entren en nuestro cerebro. Lejos de ser una fantasía o una disciplina " new age", esta disciplina es útil para crear ambientes más saludables. Ubicarlos en nuestro campo visual ya sea por medio de la pintura de las paredes, de muebles o luces es una forma accesible de utilizarlos.
Debido a la intensidad de la vida diaria hoy, un dato importante para nuestro bienestar es saber cuáles, entre todos, son los más relajantes, que nos conviene tener a la vista cuando pasamos por momentos de ansiedad, nos desconcentramos con facilidad o nos abruman las preocupaciones. Una mente tranquila favorece el aprendizaje, el trabajo y las interacciones con otras personas, por lo que los beneficios se multiplican.
Algunos datos que la ciencia ya comprobó:
Espacios donde prevalecen colores blanco, rosa o verde nos ayudan a estar más sensible a las expresiones faciales positivas de otras personas y menos a las negativas. El verde también es uno de los colores que más estimula la creatividad,
Cuando se trata de bajar síntomas de ansiedad como palpitaciones, respiración agitada, por ejemplo, el color indicado es el azul. Específicamente el azul cielo. Este color también favorece a quienes tienen desequilibrios en el ritmo circadiano ( duermen de día y están despiertos de noche, por ejemplo).
Los colores más relajantes
Verde: es el color que menos fatiga visual produce. Este efecto relajante, junto con su acción mitigadora del estrés, hace que sea una buena opción cuando hay que permanecer mucho tiempo ante una pantalla, estudiando o trabajando. Por esta razón, es común observarlo en espacios académicos y laborales.
Blanco: es imposible omitir a este color, representante de los escenarios más puros y pacíficos. Genera un ambiente que se caracteriza por la tranquilidad, aunque no se debe abusar de él
Rosa: favorece el buen humor, suaviza los sentimientos de tristeza y agresividad. El rosa pastel y el rosa chicle son los más convenientes.
Azul: capaz de ofrecer relajación y, mejor todavía, concentración. Una opción adecuada para relajarnos, y por ello, usado en gran medida para decorar las habitaciones donde se realizan trabajos que generan tensión. Es un color frío, que colabora en los estados de inflamación. El turquesa, que combina azul claro con matices verdes, influye positivamente en el ánimo de las personas con depresión estacional.
Lila: es uno de los más indicados para los espacios en los que se desee un ambiente lleno de espiritualidad y paz.