Unas más, otras menos, pero todas las mujeres valoran su cabello como parte fundamental de su imagen y su identidad, por lo que cualquier problema que lo dañe es preocupante. Uno de los que más angustia es la caída. ¿Qué se sabe hoy de este problema?
A qué le llamamos caída excesiva
Aunque es normal perder entre 50 y 100 cabellos al día como parte del ciclo natural del folículo piloso, cuando la pérdida se intensifica o deja zonas visiblemente despobladas, puede indicar un problema capilar. Pelos en la almohada, en el peine o cepillo o en la ducha en una cantidad mayor a lo habitual ya encienden las alarmas. Hay que consultar si notamos:
Cabello más fino, especialmente en la zona frontal o superior de la cabeza.
Mayor cantidad de pelo en el cepillo, la ducha o la almohada.
Aparición de zonas despobladas o calvas localizadas.
Disminución del volumen y fragilidad capilar.
Pérdida de brillo y elasticidad del cabello.
Lo que hay que saber
La salud del cabello está íntimamente relacionada con factores hormonales, nutricionales, emocionales y genéticos. Por ello, identificar la causa de la caída es clave para establecer un tratamiento eficaz y prevenir complicaciones a largo plazo.
Entre las causas más frecuentes de la pérdida de cabello en mujeres están las alteraciones hormonales: el embarazo, el posparto, la menopausia o trastornos como el síndrome de ovario poliquístico pueden provocar desequilibrios hormonales que afectan al ciclo capilar. También el estrés crónico o situaciones traumáticas pueden desencadenar una caída de cabello temporal, conocida como efluvio telógeno. Lo mismo ocurre con tratamientos cosméticos que hayan agredido el cabello, como tintes o alisados. Pero hay mucho más que debemos tener en cuenta.
Un frente que merece siempre análisis es la nutrición, cuando se cae mucho el pelo. La falta de hierro, biotina, zinc, vitamina D o proteínas esenciales repercute directamente en la salud del folículo piloso. También el sindrome de resistencia a la insulina puede causar una caída mayor del pelo sobre todo en la coronilla, y el hipotiroidismo puede debilitar el cabello, hacerlo más fino, seco y quebradizo, lo que tiene como consecuencia una mayor caída.
Hay adem??s condiciones hereditarias como la alopecia androgenética femenina, que ocurre a algunas mujeres luego de la menopausia, al producir menos estrógenos. Esta condición provoca un adelgazamiento progresivo del cabello, especialmente en la zona superior de la cabeza. También existen otras patologías como la alopecia areata, que puede afectar a cualquier edad, o el lupus, que provocan caída localizada del cabello. En los casos mencionados se hacen tratamientos para conservar el cabello existente pero no son condiciones reversibles.
También hay que tener en cuenta los medicamentos que se toman diariamente, como los anticonceptivos hormonales, los antidepresivos y por supuesto, la quimioterapia.
¿Cómo prevenir la caída del cabello en mujeres?
Seguir una dieta equilibrada: rica en proteínas, hierro, zinc y vitaminas del grupo B.
Evitar el uso excesivo de calor: limitar el uso de secadores, planchas y rizadores.
Utilizar productos capilares adecuados: elegir champús y tratamientos suaves, sin sulfatos agresivos.
Realizar masajes en el cuero cabelludo: estimulan la circulación sanguínea y el crecimiento del cabello.
Reducir el estrés: técnicas como la meditación, el yoga o la respiración profunda pueden ser beneficiosas.
Evitar peinados muy tirantes: como coletas altas o trenzas muy apretadas, que pueden provocar tracción excesiva.
Y si quiero hacer un tratamiento...
El tratamiento dependerá de la causa identificada y del tipo de caída. Algunas de las opciones más habituales son:
Minoxidil tópico: es uno de los tratamientos más utilizados. Estimula el crecimiento capilar y frena la caída progresiva.
Suplementos nutricionales: en casos de déficit, puede ser útil tomar hierro, biotina, colágeno, zinc y vitamina D.
Mesoterapia capilar: técnica mínimamente invasiva que inyecta nutrientes y medicamentos directamente en el cuero cabelludo.
Plasma rico en plaquetas (PRP): terapia regenerativa que mejora la calidad del folículo piloso y estimula el crecimiento.
Terapia láser de baja frecuencia: ayuda a aumentar el flujo sanguíneo en el cuero cabelludo y fortalecer los folículos.
Tratamientos hormonales: en casos de desequilibrio hormonal, pueden ser necesarios anticonceptivos o antiandrógenos, siempre bajo supervisión médica.