Lo que comenzó como un proyecto chiquito, un ciclo para 'probar' a ver qué pasaba, se terminó convirtiendo en uno de los más vistos de su franja. Casi como un ciclo de culto en las noches de América y eso, a Jey Mammón, le tocó en lo más profundo del corazón.
En el último programa del año, recordó que el debut coincidió con una de las pérdidas más duras de su vida: la de su papá. "A los tres días de empezar este programa se me fue Roque. Un hombre que sin hablar me trasmitió la música, me abrió un piano... casualidad o no que en este programa me pusieron uno".
"Agradezco a José Nuñez, mi productor que fue el que siempre apostó. Cuando yo trabajaba haciendo las voces en off en un programa de cable me convocó para seguir a los famosos con una camarita en Infama. Me acuerdo que probé un día y se la devolví porque no me sentía preparado. Seguí en el cable pero Nuñez siempre insistió y estoy acá gracias a él".
Luego, sus ojos se llenaron de lágrimas al contar una de las posibilidades más grandes que le dio el ciclo. "Empezaron a venir músicos invitados, músicos que me trataban como a un par... ¡como a un par! Y ahora estoy grabando un disco".
Y cerró aún más emocionado mirando a cámara: "Estos dos años fueron una mierda pero el público, ustedes que están del otro lado, estuvieron acompañando y les hizo bien este programa. Gracias y de nada".