Los nervios y la falta de tiempo son dos de los factores principales que le juegan en contra a los participantes de todos los concursos. Pero en el caso de los que están en Bake Off, esto puede derivar en consecuencias realmente graves... como le ocurrió a Kalia.
La consigna del martes fue tan clara como exigente: debían preparar 8 mini tartas con dos rellenos cada una y dos decoraciones diferentes. Kalia Manzur se desenvolvió con soltura y logró completar una buena parte del desafío en el tiempo indicado. Fue entonces que decidió seguir el consejo de una de los jurados: llevarlas un rato al frío.
El problema se presentó cuando intentó retirarlas y llevarlas a la isla de trabajo... ¡y una se le cayó al piso!. No hubo manera de arreglarla: la tarta había quedado destruida. "Me quiero poner a llorar, no tengo ni una de más. Quiero llorar", gritó angustiada.
Al final, decidió ponerla en el plato final de presentación para cumplir con el pedido de 8. Y el resultado la sorprendió: el jurado halagó que haya podido resolver la situación y celebró el sabor de las restantes.