Belu Lucius saltó a la fama como una de las influencer de mayor repercusión en el país. Con 3,1 millones de seguidores en Instagram, se caracteriza por sus videos divertidos. Más allá de cuestiones puntuales, sobresalen los posteos divertidos, con situaciones de la vida cotidiana. Esto la llevó a los fanáticos se multiplicaran.
Sin embargo, detrás de todo esto hay un pasado poco conocido. Lleno de traumas, y del que habló en su paso por PH, Podemos hablar. De alguna manera, el reírse de sí misma tiene que ver con eso, con lo que padeció. Todo comenzó cuando Andy Kusnetzoff dijo: “Avancen al punto de encuentro los que aprendieron a reírse de sí mismo”.
“Pienso que todos hemos sufrido un poquito de bullying en la vida. Algunos más –en mi caso fue muchísimo y durante muchos años- y otros menos”, dijo y agregó: “Desde salir llorando del colegio hasta que me claven alfileres en las piernas cuando se izaba la bandera”.
Ante la atención de todos, por lo que estaba contando con un dejo de tristeza en ese complejo regreso al pasado, continuó: “En los viajes que hacíamos con otros compañeros me dejaban frascos con materia fecal afuera del dormitorio. Cosas malas y dañinas que no tienen nada que ver, que van más allá de la burla”.
Para finalizar el tema, contó que su familia fue fundamental para no caerse y poder salir de todo eso: “Soy bendecida, la mejor familia que me podría haber tocado es la mía. Los mejores padres que me podrían haber tocado. Gracias al amor que tuve y a la contención, aprendí a ser feliz, a quererme, amarme y respetarme”.