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El viudo de Bergara Leumann hizo una fuerte denuncia de una manera particular: tiró documentos y recitó su reclamo

Daniel Angelone fue su pareja durante 29 años y en A la tarde contó que lo desalojaron de La Botica del Ángel, el museo que crearon juntos, entre otras denuncias.

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Eduardo Bergara Leumann murió en septiembre de 2008 y desde entonces a esta parte su herencia estuvo en el centro de la escena. Si bien no de manera mediática -hasta hoy- si puertas adentro, pero el tema generó tanta presión interna que explotó en A la tarde, el programa que conduce Karina Mazzocco.

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Daniel Angelone, viudo del actor y artista plástico, rompió el silencio. Quien fue su pareja por 29 años contó que no lo dejan ingresar a La Botica del Ángel, el emblemático museo que crearon juntos. Pero también se metió en otras cuestiones, además de decir que fue echado de su casa apenas falleció Bergara Leumann.

Pero más allá de lo que contó, llamó la atención de propios y extraño la manera en comunicar. Con gestos, movimientos y su manera de hablar, Daniel dejó en claro que el arte corre por sus venas más allá de todo. Eso quedó registrado en su performance que se vio, por ejemplo, cuando revoleó los documentos que presentó en la Justicia con su reclamo.

“Estos son todos los papeles que presenté ante los jueces y no sirven para nada”, dijo, se paró, fue hasta donde estaba la conductora, Karina Mazzocco, le pidió que se haga a un lado, y empezó a recitar: “¡Saludo a la muchachada llegó el compadrito justiciero!”, comenzó.

“Los invito señores jueces a bailarnos un tanguito, ustedes con su organito y yo con mis bandoneones porque todos somos talladores en este mazo argentino, porteño, justiciero y luchadores. Ustedes no existen, abran cancha a este servidor justiciero por una Argentina justa e igualitaria para todos. ¡Te amo Eduardo, te amo!”, cerró.

Luego de eso habló de su calvario: “Es una cosa inhumana la que viví, totalmente fuerte. Los medios fueron mí a poyo y mi fuerza para que yo pudiera seguir. Con el cuerpo caliente de Eduardo me sacan de mi casa, que era la Botica del Ángel, un museo que fue una idea mía”.