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Matías Alé emocionó en PH al hablar de la muerte de su padre a sus 18 años, un día antes de irse con él de vacaciones

El actor dejó sus humoradas, esa simpatía que lo caracteriza de lado, cuando habló de sus padres. Desde la pérdida de uno hasta el rol que tomó su mamá en ese momento.

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Matías Alé es una de las personas del medio artístico más queridas. El entorno en el que se mueve, la gran mayoría habla de su bondad y generosidad. Lejos de ahí, el público también lo reconoce. Casi no tiene detractores, sino todo lo contrario. Y algo de esto se vio en las redes sociales tras su paso por PH, Podemos hablar.

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En su paso por el programa de Andy Kusnetzoff habló de todo. Momentos divertidos, esas salidas únicas que sólo él tiene, pero también hubo de los emotivos, de esos en los que estuvo al borde de las lágrimas e hizo que todos se mantuvieran expectantes a cada una de sus palabras. Fue cuando el conductor pidió que pasaran al frente aquellos con un vínculo especial con sus padres.

De antemano, contó que su papá falleció hace muchos años. Ocurrió en 1997, cuando él apenas tenía 19 años. “Él no me vio haciendo lo que yo hago, aunque seguramente sí –miró para arriba-, porque en algún lado está y me está viendo”, comenzó y luego se enfocó en el rol que tomó Elena, su mamá. “Ella se la bancó solita”, agregó.

Kusnetzoff quiso saber más sobre el papá, y le contó: “Mi papá era profesor de karate, pero se murió en el cementerio, jugando un partido de fútbol. Nosotros jugábamos todos los lunes y esto fue un lunes 6 de enero, con mi hermano”.

“Mi vieja se había ido de viaje temprano, porque al día siguiente de que mi papá se muera, nosotros nos íbamos a ir de vacaciones, mi viejo, mi hermano y yo. Mi vieja no porque se había separado hace poquito”, luego de eso remarcó que su padre lo llamó para jugar y él no quiso, prefirió aprovechar la casa sola para hacer un asado con los amigos. En definitiva, iban a pasar dos semanas solos, los tres juntos de vacaciones.

El papá aceptó y luego el momento más dramático: “Tipo 6 de la tarde, cuando estaba empezando el asado, viene su amigo y me dice 'vení porque tu viejo tuvo una descompensación y lo están llevando a la clínica', y se me murió ahí. 44 años tenía mi viejo, y yo 19 y mi hermano 15, imaginate lo que fue eso. ¿Y cómo le avisábamos a mi vieja?, que estaba en Río de Janeiro, sola”.

“Voy a verlo a mi papá a la clínica, que ya no estaba, los médicos que te atajan, tipo película, y me dicen: ‘no pudimos hacer nada’, y en eso llama mi vieja para avisar que había llegado bien”, remarcó Alé.

Luego de eso, contó cómo le contó a su madre tras esa llamada: “Le dijo ‘vieja, hay un temita y tenés que volver’ y en ese momento se me ocurrió decirle: ‘A papá se le olvidó hacerte firmar un poder para poder salir’, todo eso era mentira, yo no sabía que decirle, y empezó a sospechar. Me preguntó por mi hermano y después me dijo: ‘yo sé que a tu papá le pasó algo’. En ese momento le di el teléfono a mi tío, le dije que ella ya sabía, que le diga la verdad porque ya sabía”.

Desde ese entonces su madre se volvió su faro, la persona que lo apuntaló y que estuvo en todo momento, hasta en los más difíciles, cuando tuvo el brote psicótico. Lo acompañó en la clínica y los días que no se permitían visitas iba igual y se quedaba afuera.