La relación de Alfa y Ariel llegó a un punto de intolerancia mutua que no hace más que generar roces dentro de la casa. El problema es que el primero se la tiene jurada y aprovecha cualquier gesto o movimiento de su enemigo para atacarlo y la situación es insostenibles.
Al ingresar a la casa, con toda la info en su cabeza, Santiago del Moro le preguntó cómo se sentía dentro de la casa y apeló a su honestidad: "decilo con una mano en el corazón".
Ariel: el día a día con los chicos es genial. Como hace poco que estoy, extraño pero bien. El único tema que tengo es con Walter que, salvo el día del cumpleaños, A mi hasta se me fueron las ganas de remarla. Tendría que ser adulto y decir que lo podemos resolver, pero no hay caso.
Santiago: ¿Vos Alfa? ¿Qué pensás?
Alfa: yo tengo muchos amigos y hay cuestiones en la vida en los que no hay marcha atrás. Te puedo habla una vez pero si la otra persona sigue insistiendo en algo que no es, no hay vuelta atrás. Soy inflexible. Él entró para sacarme a mi inventando algo que nadie le creyó. Es punto terminado. Soy inflexible.
Santiago: pero si una persona te pide disculpas porque se malinterpretó algo porque es un tema de convivencia.
Alfa: pero si te digo que algo, llegamos hasta acá y a los 20 minutos decís que si vuelve a pasar lo mismo, harías lo mismo... no hay lealtad. Yo he tenido discusiones con todos, con Romina, con la Tora, con Julieta, con todos... con Romi lloramos, nos abrazamos y no volvió a pasar lo mismo.
En ese momento, Santiago pidió opinión a Romina que intentó conciliar: "Pasa que Alfa a veces tiene posturas muy fuertes. Él ha peleado pero no sé por qué con Ariel no hay caso. No hay que ser rencoroso en la vida, yo quiero verlo bien porque no está bueno que esté peleando... Ariel pone intención pero Alfa se pone en que no".
Pero Del Moro fue inflexible: "La casa es de todos y todos tienen el mismo derecho a usarla, agarrar las cosas y demás porque es un tema de convivencia. Nadie exige que sean amigos pero sí que puedan convivir. Sean inteligentes, cuidado con los límites que pasan. De un lado, perdonando si alguien se equivocó y del otro, si alguien repite tres veces lo mismo, entiende".
Y para cerrar, agregó: "Son dos tipos grandes, no pueden vivir este momento que están viviendo con semejante quilombo. Ya pasó, diviertanse, disfruten... es un consejo de amigos. Cuando lo vean de afuera no van a poder creer".