Fama, dinero, éxito y popularidad. Para muchos, el combo perfecto para la felicidad. Sin embargo, la mayoría de los que tienen todo, suelen decir que ninguna de las 4 cosas mencionadas garantiza el sentimiento. Martita Fort es una de ellas ya que en una nota reciente con Sebastián Soldano de Teleshow se animó a contar su propio calvario.
"Mi papá siempre tenía gente en casa, más de 50 personas al día porque buscaba que lo quisieran y cuidasen pero es muy turbio que hubieran tantos desconocidos dando vueltas. Mi hermano y yo no disfrutábamos de todo eso. Me hacía muy mal verlo tan público, tan de todos. Yo quería una vida privada con él, como la de cualquiera".
Pero más allá de esa necesidad de tener la atención de su papá, hubo puntos muy oscuros: "Yo estaba en ojo de todos. En las redes, me decían ´gorda´ y yo bajaba de peso. Después me decían ´flaca´ y volvía a subir. Me hice dependiente de todo eso que se escribía sobre mí y lo pasaba pésimo".
El ataque de los haters iba aumentando exponencialmente a medida que el uso de las redes sociales crecían: "Yo era demasiado chiquita para entender el odio. A los 14 años tuve anorexia, bajé más de 20 kilos en muy poco tiempo... no me daba cuenta que era un palo, no tenía ni piernas", detalló.
Fue la intervención de Gustavo Martinez, su tutor y papá del corazón que murió trágicamente hace más de un año, la que la salvó: "Me ayudó a entender que tenía que comer bien, sin dietas restrictivas. Me ayudó a lograr un estilo de vida saludable y eso me salvó”, recuerda.
Hoy, intenta no darle importancia al hate aunque jura que no es fácil: "La gente me jode con mi voz. Con mi forma de hablar y porque dicen que mi pelo es como paja. Pero llegó un momento en el que dije: ´Así soy y así quiero vivir. Voy a tener el cuerpo que quiera y al que no le guste, que no mire".