En su búsqueda de sumar variantes que generen nuevas dinámicas en la casa, Gran hermano tomó una decisión controvertida ya que rompe claramente con la ´premisa del aislamiento: hacer entrar a la casa a un familiar de cada uno de los participantes. Situación que los tomó por sorpresa. Todos recibieron la advertencia de no revelar detalles del afuera.
La primera en entrar fue Valentina, la hermana de Marcos. El salteño estaba en la habitación cuando su hermana entró y en el jardín la recibieron Julieta, Camila, la Tora y Nacho. Finalmente Marcos se acercó y se confundió en un abrazo con su hermana que vive en Francia con su pareja y viajó especialmente para estar en el reality.
La segunda en entrar fue Florencia, la hermana gemela de Camila. Al entrar a la casa, se abrazaron a los gritos, muy emocionadas de verse. Son las hermanas Lattanzio, ¿las nuevas Xipolitakis?.
La tercera en entrar fue Gladys, la mamá de La Tora. Ambas se encontraron en medio del jardín y se dieron un fuerte abrazo, con la curiosidad de que la madre lo hizo con una sola mano ya que jamás soltó la valija con la que ingresó. Ni que estuviera en un aeropuerto...
Un momento extraño se vivió cuando le tocó a Romina recibir a su familiar entrante. Quien entró fue su sobrino Fabián, y se dio una situación incómoda porque a ella se la vio desilusionada porque esperaba que entraran sus hijas. Esto no es posible ya que son menores de edad. Así las cosas, Romina no pudo disimular su fastidio y fue un tanto antipática con su sobrino, al que incluso le comentó al pasar "¿estás más gordo?". El joven intentó que su llegada la alegrara pero más allá de un abrazo que ella le dio, no pudo cambiarle el humor. Incluso cuando Santiago del Moro se comunicó con la casa, Romina volvió a decirle que por favor le dejaran tener contacto con sus hijas.
La quinta en entrar a la casa fue Camila, la hermana de Julieta Poggio. Ambas se unieron en un intenso abrazo. Después Julieta le preguntó casi llorando si estaba todo bien, seguramente en alusión a su novio y pensando que tal vez debería haber entrado él. Hasta que recapacitó que tenían que ser familiares. Su hermana la calmó: "Está todo bien. Super".
. El último en entrar a la casa fue Rodo, el simpático papá de Nacho. Su hijo atravesó corriendo el jardín para ir a abrazarlo.
Estos son los seis familiares que ingresaron: