Luego de 5 meses de aislamiento en Gran Hermano, Romina Uhrig finalmente se reencontró con sus tres hijas: Mía, Felicitas y Nina. En la gala del lunes por la noche, la exdiputada pudo pasar una hora en compañía de sus nenas e hizo emocionar no solo a algunos analistas del debate sino también a cientos de televidentes. Sin embargo, algunos usuarios opinaron en las redes sociales que al momento le faltó "emoción" y destrozaron a Romina.
Fue Santiago Del Moro quien le indicó a Romina que sus hijas la esperaban en el SUM. Apenas las vio, la exdiputada rompió en llanto y fue corriendo a abrazarlas. Estuvo un buen rato hablando con las niñas sobre el inicio de clases y hasta les presentó a Caramelo, su futura mascota.
"Fue de los más frío. Me faltó emoción. Antes de empezar el programa, pregunté en producción si había una ambulancia porque pensé que le iba a dar algo... pero no", fueron las crudas palabras de Analía Franchín en el debate. A ellas, se le sumaron las de Ceferino Reato: "No sé cómo alguien puede dejar a una bebé 5 meses y perderse la fiesta de egresados de la hija mayor. Me pongo en ese lugar y pienso con qué cara la miraría después...".
En el programa "Mañanísima", un experto en lenguaje no verbal llamado Hugo Lescano, analizó los gestos de Romina en el tan ansiado encuentro con Mía, Felicitas y Nina. "Lo que sucede es lo siguiente. Ella llega y sabe que están las cámaras, hay un condicionamiento en los movimientos corporales, se mueve de otra manera cuando se sabe observada", comenzó diciendo el analista.
"¿Cómo identificamos si la emoción es genuina o no? ¿Qué es lo que pasa en el rostro humano cuando la emoción no es intensa? O más allá de que la emoción pueda ser genuina, es 'me importan más las cámaras que me están enfocando que la emoción', entonces me veo obligado a simular... Ahí la boca se cierra", agregó Hugo Lescano.
"Cuando Romina se encuentra con sus niñas, abre la boca. A la más chiquita, la mira y cierra la boca como si estuviera en un día martes a las 3 de la tarde por ir a buscar sus hijos al colegio. En su rostro no continúa esa emotividad. Si vos tenés una emoción que supera la necesidad de simular para que te vean, no te pasa esto que le pasa a ella... La emoción intensa hacen que los labios estén separados todo el tiempo", disparó.
Ante esto, Carmen Barbieri le preguntó al especialista si la emoción era o no genuina, a lo que él respondió: "No digo que no sea genuina inicialmente... Lo que sí sucede es que ella después actúa para las cámaras. Hay una emoción más que me llama la atención... Cuando Del Moro le avisa que estaban sus hijas en el SUM, la boca se abre por la sorpresa como le pasó a Julieta. Pero en Romina, con la sonrisa horizontal, se pudo ver que ella tenía miedo. También, el gesto de taparse la boca y la nariz, es un gesto de emoción intensa pero después ella siente la necesidad de actuar".