Tras ser eliminada de Gran Hermano, Romina se enfrentó al debate y le tiraron dardos de todos lados. A raíz de lo que mostró dentro de la casa, de ciertas actitudes, pero también por lo que se fue sabiendo del afuera, de su rol en la política, la estaba esperando con cuchillo y tenedor. Con Santiago del Moro como mediador, atravesó distintos momentos.
Ella siempre dijo que iba por la casa porque era su sueño, tener un lugar para vivir con sus hijas. Sin embargo, se supo que vivió en un country y que tendría propiedades. Se lo preguntaron, y dijo: “Primero, no soy ninguna manicura pobre. Yo me separé y jamás quise dar el papel de lástima”, empezó.
“Yo tengo mi trabajo, que es en La Plata, y además hago uñas en mi casa cuando tengo tiempo libre”, dijo y agregó: “No tengo casa, lo único que tenía era un terreno que se lo firme a Walter (Festa-su expareja), no tengo propiedades. Yo me casé con él, lo amé, tuve dos hijas, y lo que menos quería era estar peleándome por un terreno”.
“Yo no tengo propiedades, porque sino no me hubiese expuesto a un programa de televisión sabiendo que podían decir un millón de cosas de mí, ni exponerme de esta manera…”, dijo y antes de terminar, Ceferino Reato la interrumpió: “Pero siempre has vivido bien, en country, ¿no?”.
“Te comentó: yo lo conozco a Walter, él vivía en un country, yo nunca viví en un country…Yo vivo con él ahí, alquilábamos ahí, y justamente nuestra separación viene por problemas económicos. Yo estaba mal con el tema de la plata, estaba hasta las 12 de la noche haciendo uñas, pero nunca quise dar un papel de manicura pobre”, explicó.