Este miércoles 27, se conoció que Lío Pecoraro presentó su renuncia indeclinable al programa A la Barbarossa. El periodista y panelista eligió compartir la noticia a través de sus redes sociales, donde además expresó su agradecimiento por el apoyo de su audiencia: "Una etapa de mucho aprendizaje", escribió, sin dar detalles sobre las razones de su salida. Sin embargo, en los medios empezaron a circular rumores sobre tensiones internas dentro del programa que habrían influido en su decisión.
Yanina Latorre, panelista de LAM, ofreció algunos detalles sobre lo que le habría comentado Pecoraro personalmente sobre su salida. Según Latorre, Lío le explicó que estaba "muy cansado", destacando el intenso ritmo laboral de trabajar de "lunes a lunes", levantándose temprano. Además, reveló que Pecoraro había recibido una propuesta de América TV para conducir un programa, pero optó por no aceptarla, prefiriendo dedicar su tiempo a producir su propio programa, El Run Run.
Por su parte, Pepe Ochoa, también en LAM, dio una versión aún más contundente sobre la salida de Pecoraro, afirmando que en realidad lo habían echado de A la Barbarossa. Según dijo, Pecoraro había comenzado su camino en Telefe con expectativas altas, solicitando incluso tener un espacio propio cuando Georgina Barbarossa no estuviera en el aire. Sin embargo, cuando le asignaron un segmento propio, se le exigió que cumpliera con ciertos resultados, lo que no ocurrió.
Ochoa también mencionó que Lío no estaba satisfecho con el tiempo que le otorgaban en pantalla y que empezó a criticar abiertamente a la producción del programa. Según el periodista, esta actitud no cayó bien entre los productores ni en la misma Georgina Barbarossa, quien aparentemente no tiene una buena relación con Pecoraro, a pesar de que él se llevaba bien con otros compañeros del staff.
El panorama es confuso y aún queda por esclarecer si la renuncia de Pecoraro fue una decisión personal o si realmente fue una salida forzada debido a los conflictos internos que se mencionan en los rumores. Lo cierto es que su partida marca el fin de una etapa en A la Barbarossa y deja muchas preguntas abiertas sobre lo que realmente ocurrió entre el panelista y la producción del programa.