El 29 de enero, Susana Giménez cumplió 80 años y llevó adelante un gran festejo en La Mary, la chacra de Punta del Este. Entre los invitados estuvo Cristian Castro, que le regaló un show en vivo y también un perro. Se trata de uno raza Pomerania, al que la diva le puso Cris –en honor al cantante-. Pero el tema es que se lo quedó apenas unas horas.
Cuando finalizó la fiesta, la diva pidió que alguien se lo llevara, porque no se lo quería quedar. Al otro día, a través de las redes sociales, se supo que se lo habían quedado Barby Franco y Fernando Burlando, para Sarah, la hija de ellos. Le cambiaron el nombre y le pusieron Blue.
Susana tiene varios perros, es de público conocimiento su amor por los animales, pero adujo que era muy chiquito, y los de ella son todos de raza media y grande. Su temor fue que el resto lo lastimara, por eso tomó esa determinación, pero Castro se enojó.
En A la tarde, Luis Ventura le preguntó por el tema, y el mexicano soltó: “Si contesto yo, voy a contestar mal”. Y le dio paso a su pareja, Mariela Sánchez. “Le obsequiamos el perro, le mandamos a hacer un bolso, lo compramos en Buenos Aires, le hicimos todos los papeles, y aparentemente Susana no podía tenerlo porque ella tiene perros muy grandes”, explicó.
Enseguida agregó: “En el cumpleaños empezaron a ver quién quería el perro y se lo llevó Barby, la esposa de Burlando”. Ahí intervino Castro, y acotó: “Solamente digo que los regalos no se regalan. Me pareció que con una llamada se hubiera resuelto todo el asunto. Quedé con cierta tristeza. No enojado, pero si con tristeza”.
Mariela agarró el micrófono y remarcó: “Cristian le había tomado cariño a los dos perros, entonces, previo a eso habló con la nieta de Susana (Lucía Celasco) y con la hija (Mecha Sarrabayrouse), y les dijo ‘yo veo que Susana tiene perros grandes, y lo que te pido es que si Susana no se va a quedar con el perro, me avises, porque entonces yo me quedo con el perro’”.
Para cerrar, remarcó que hubo una charla, Barby y Burlando entendieron la situación, y se lo regresaron. Ahora el pichicho, más el otro, van a ser regalados a su mamá, Verónica Castro, que los espera ansiosa en México.