Volvió el teléfono rojo a Gran Hermano y con esta herramienta, la tensión. Sucede que apenas los vieron, muchos especularon con que se trataba de una expulsión directa. A tal punto, que hasta hablaron de la posibilidad de no atender, de dejarlo sonar hasta que se corte.
Vale recordar que, si pasaba eso -que no sucedió- iban a ser penalizados. El castigo iba a ser llevarlos a todos a placa y darles solamente la mitad del presupuesto para la comida. Por fortuna para ellos, eso no sucedió y la mayoría salió corriendo apenas sonó.
En la corrida, el primero en llegar fue Joel. Tuvo una carrera muy pareja con Damián, pero finalmente fue él quien lo primerió. “Felicitaciones, ganaste un beneficio”, le dijo la voz en off.
¿Qué ganó? Inmunidad, pero para la próxima semana. Además, la posibilidad de subir a dos placas en esta semana. Con respecto a esto, no puedo llevar a alguno de los nuevos, que todavía no están jugando en lo que respecta a las nominaciones y todo lo que tiene que ver con la placa para una posible expulsión.
Esto, sin dudas, le dio un giro a la placa que quedó conformada durante la noche del miércoles 6. Por un lado, porque él está en esa lista, ahora, con esto, tendrá que sortear lo que pase el próximo domingo para que sí tenga tranquilidad la semana que viene. Además, hay que ver a quién sube, ya que todavía falta que Emmanuel, líder de la semana, tiene que rescatar a uno y meter a otro en ese combo.
Finalmente, cuando Santiago del Moro le pidió a Joel, que le dé los nombres a subir, y nombró a Martín y Nicolás. “Prefiero correr yo el riesgo, y no subir a personas que quiero”, fue su explicación.
Cuando Emma tuvo que hacer su jugada, subió a placa a Catalina. Generó sorpresa, porque hay una relación entre ellos, pero el cordobés manifestó que lo hizo para que revolucione la cena de los nominados. A la hora de salvar, sacó a Martín.