El martes volvió a sonar el teléfono rojo en la casa de Gran Hermano y Nicolás logró atenderlo antes que nadie. En principio, creyó recibir un gran beneficio: podría ir al SUM con dos personas más para hacer complot de cara a las próximas nominaciones y fulminar a un compañero, es decir, mandarlo ya a placa. Pero esa posibilidad escondía una gran contra que él desconocía.
El ganador se fue con Bautista y el Chino y una vez en el SUM, la producción le informó al resto de la casa que podrían ser testigos de la charla sin que los Bro lo supieran. Lo que sucedió después fue digno de una película y aunque todos acordaron mantener en secreto lo que habían visto, la bronca fue indisimulable.
En el recinto, el trío le sacó el cuero a uno por uno y remarcó que Darío 'iba a jugar con la cabeza' pero que quizás 'movido por el miedo' podía votarlos. "El piensa que en una placa negativa, con los originales, tiene mucho que perder", concluyeron. Por este motivo, cuando salió, Nicolás anunció que iba a fulminar a Darío.
Del Moro le preguntó si 'estaba todo bien' con la decisión y el jugador sacó todo su sarcasmo: "Si... pfff. Te agradezco de corazón y hoy rezo por vos. La verdad es que no lo esperaba, no lo esperaba querido. Pero bueno, ya estoy", cerró con un tono de indignación imposible de manejar.
¿Qué pasará ahora en las nominaciones?