Cinco años después de haber tomado el valor para cambiar su vida, dejar atrás un matrimonio en el que sufrió toda clase de maltrato, denunciar y contarle al mundo su historia, Julieta Prandi se ha convertido en una referente de aquellas mujeres que pasan por lo mismo y no saben cómo salir.
Hace poco lanzó "Yo tendría que estar muerta", un libro que relata una buena parte de ese calvario que vivió durante el tiempo que estuvo casada con Claudio Contardi. Invitada a "Noche al Dente", Julieta repasó su historia y se emocionó al decir quiénes fueron los primeros en darle una mano cuando pudo pedir ayuda.
"Yo tenía una amiga a la que dejé de ver por muchas amenazas que él me hacía. Quería preservarla a ella y decidí no verla más. Lo mismo con mis padres y mis hermanas. Yo estaba sola pero siento mamá, tenía que estar estoica. Ellos fueron los que me ayudaron, los primeros a los que pude llamar", indicó.
Entre otras cosas, Julieta admitió que al principio, le daba vergüenza decir lo que estaba pasando pero que en un momento sintió que tenía que terminar. "Hoy me pasa todo el tiempo que me llaman o me escriben para contarme que les pasa lo mismo. Es algo que se fue dando y yo trato de trasmitirles que se puede salir".
Sobre las primeras alarmas para poder detectar a una persona violenta o agresiva, enumeró: "Te empiezan a separar de tus afectos, te dicen que hacen tal o cual cosa para cuidarte, te llevan y te traen, te controla. Pero lo más fuerte es que te aislan de las personas que te pueden avisar de lo que está pasando".
Al final, reconoció que ella también fue dejando de lado su trabajo para evitar que la gente se diera cuenta de lo que pasaba: "Estaba haciendo un programa, en este mismo estudio, y creo que duré dos meses porque no podía sostener el infierno que había en mi casa. Yo me terminé yendo de casa con mis hijos, 8 meses después de eso, pero me pasaba que todos me veían raquítica, estaba muy flaca y mal. Se notaba y no quería que me preguntaran".