A pesar de que Virginia Demo entró un poco más de un mes después de iniciado el juego, ya lleva casi cinco meses completos dentro de la casa de Gran Hermano. Al igual que les sucedió a varios de sus compañeros, las emociones de la participante están a flor de piel a causa del agotamiento ocasionado por el encierro.
Este viernes, después de varios roces, Virginia se tomó unos minutos a solas en el cuarto. Allí reflexionó en voz alta sobre lo que estuvo sintiendo los últimos días, en especial desde que se fue su hija Delfina.
"Hola gente, estoy bien. No me aíslo por nada. No es que me estoy aislando. No tengo drama con mis compañeros, esta todo bien", empezó diciendo la participante con lagrimas en los ojos, boca arriba sobre su cama. "Hace cinco meses que estoy acá, no se si voy a llegar (...) va llegando el final y te va agarrando esa ansiedad de saber qué pasará afuera", explicó Virginia.
Y continuó: "Soy una mina grande que tiene sus compromisos, financieros si queres. Bancos, tarjetas, autos, seguro, expensas... Un montón de obligaciones y de cosas que, quieras o no, por cinco meses estuvieron delegadas. No sé cómo estará todo afuera, seguramente todo bien. Y nada, ahora me agarra de nuevo eso. Falta poco para salir. No se si va a ser este domingo o los siguientes pero, en definitiva, falta poquito".
A pesar de todo, Virginia ya aclaró varias veces que se quiere quedar y está dispuesta a ganar el juego. Por supuesto que no se imagina que es una de las favoritas del público para llegar a la final, que será el próximo 7 de julio.