Intentando dominar sensaciones y emociones, Jey Mammon comenzó con su nuevo ciclo “Las tardes de Jey” por la pantalla de NET TV. Con la producción y el apoyo fundamental de Gustavo Sofovich, el ciclo arrancó puntual a las 18.
“Amigos volví a la televisión más vivo que nunca. Todo vuelve. Se volvió a la riñonera, a la pasión por Messi y por la Scaloneta. Se volvió a separar Wanda Nara”, enumeró con humor. Después de realizar una recorrida por el estudio donde se destacan sillones, los cuadros de los gatos López y García y su aliado incondicional, el piano; presentó a la “Barbie negra”.
Sin duda el momento más fuerte y emotivo del programa fue la presencia de Ramón “Palito” Ortega que ya estaba anunciado pero que llegó junto a una invitada sorpresa: Evangelina Salazar. “Te veo en casa comiendo asado pero quería verte en la televisión”, explicó Evangelina su presencia.
El conductor le preguntó a Palito “¿Qué te hizo tan amigo de los amigos?”. Palito aseguró que le da valor a la amistad y que por esto “se debe estar en lo bueno, lo malo, lo regular”. Recordó cuando visitó a Charly García en la clínica donde estaba internado y le pidió que lo sacara de ahí. “Y nos fuimos a Luján un año”, siguió a lo que Evangelina acotó con humor “Y me dejó a mí”.
Palito recordó que para Charly estar en su estudio de música “fue la terapia más importante, se sentaba a cualquier hora y tocaba”. Sin ponerse en el rol de héroe aseguró “creo que la vida te da la oportunidad de mostrarle a la gente el cariño y el respeto que uno le tiene”.
Pero si lo que hizo Palito por Charly es conocido lo que quizá no es tan conocido es lo que siguió narrando. Recordó su amistad con Monzón y cómo lo veía en su época triunfal de boxeador y hasta filmaron juntos una película. Cuando el ex campeón mundial fue condenado por la muerte de Alicia Muñiz lo continuó visitando en el penal de Santa Fe. “No me parece humano estar solo en lo bueno”.
Después fue el turno de Evangelina de contar que fue “con tres amigas muy cancheras a ver a Julieta en Sex”. Reconoció que se tapaba los ojos “me achicaba, estaba asombrada pero después empecé a ver el talento de los que trabajan ahí y quedé encantada”. Reveló que Julieta quiere que su papá la vaya a ver “pero el que no quiere soy yo”, reconoció Ortega.
Jey contó que Palito es muy buen asador y él reveló que si el asado es para las 14 comienza a prepararlo a las 11. La charla derivó en dos anécdotas desopilantes. Ante la observación del “rictus de seriedad” que suelen tener los Ortega, Palito contó que en los tiempos que se presentaba en los clubes de barrio una joven se acercó, le dio una cachetada y le preguntó ¿por qué no te reís nunca?.
La siguiente anécdota también ocurrió en una de sus presentaciones con un desconocido del público que le gritaba “soy tu amigo de Mendoza”. Al terminar el recital, Palito debía saltar una tapia para salir por un lugar sin que el público se le avalanzara. Pero el muro estaba recién hecho y encima este hombre estaba arriba, se vinieron los dos abajo y terminaron en un pozo de cal “y él que me gritaba ‘ayudame, soy tu amigo de Mendoza’, cerró.
Abriendo las puertas de su intimidad contaron que llevan 58 años de casados y que no discuten mucho. Evangelina recordó que se conocieron filmando “Mi primera novia” y que ella apenas lo vio se enamoró pero que él no le hablaba. Hasta que empezó a llamarla por teléfono hablándole de los hijos que tendrían.
El artista que en su momento fue el hombre más famoso de la Argentina contó que “todo oficio requiere un sacrificio” y que no es fácil vivir corriendo, cambiar de hoteles, de horarios de comida.
Sobre su anunciada despedida de los escenarios aseguró que no será eterna pero sí que no quiere que solo se circunscriba a Buenos Aires. “No se puede solo decir chau chau. Quiero despedirme en las provincias, en los países que la gente me trató tan bien”.
Llegó el primer momento musical donde con Jey al piano, Palito cantó “Un muchacho como yo”, “Te buscaré” y “Bienvenido amor”. Fue el momento de otra confidencia. Evangelina reveló que cuando lo ve muy serio y que “no expresa los sentimientos o hace las cosas mal” le toca el brazo. “Me toca todo el tiempo” acotó Palito con humor pero explicó que la gente del interior suele ser más retraída.
Sobre la fórmula para permanecer tanto tiempo juntos. Evangelina aseguró que ella no tiene la receta solo cree que eran el uno para el otro. Palito reflexionó que el secreto es quererse. “Nadie es perfecto. Todos tenemos virtudes y defectos. Pero hay que poner amor y voluntad para resolver las cosas” y siguió “si te enojás vas a vivir como un vagabundo pateando todo. Y sin embargo, con el tiempo todo se va acomodando”.
Para finalizar regaló dos anécdotas más. Una vez un músico lo escuchó cantar y soberbio le lanzó “todos los que pretenden cantar deberían escuchar a Sinatra”. Palito no contestó pero en ese momento pensó “un día te lo voy a traer”. Al músico no lo vio más pero a Sinatra lo trajo.
La otra anécdota fue sobre el tema “Despeinada” que compuso con Chico Novarro. Contó que lo escribieron en broma pero desde México les pedían una canción y como no tenían nada se la mandaron. La canción fue un éxito tanto que cuando fue a un recital de Pedro Vargas, el mexicano lo recibió en el escenario con un peine gigante y le dijo “para que peines tu despeinada”.
El programa terminó con Jey, Palito y todo el estudio cantando “Yo tengo fe” para finalizar con el emotivo agradecimiento de Jey a todos los que lo apoyaron y fundamentalmente a Gustavo Sofovich.