A medida que avanzan los días, la convivencia en Gran Hermano se vuelve cada vez más tensa. La cocina, uno de los principales focos de conflicto dentro de la casa, volvió a ser escenario de una fuerte discusión, esta vez entre Sandra y Katia.
El enfrentamiento comenzó por unas sobras de fideos que habían quedado guardadas en la heladera. Molesta porque no era la primera vez que pasaba, Sandra le pidió a Katia, conocida como “la Tana”, que no lo hiciera más.
"Tana, no guardes más fideos si no los vas a comer", le reclamó. "Bueno, pero si me lleno, ¿qué querés que haga?", le respondió Katia. "Ayer te dije por qué dejaste el arroz en la heladera…", intentó continuar Sandra, pero fue interrumpida y se quejó de no poder terminar su idea.
"Ayer te decía para qué guardaste el arroz con la milanesa y me dijiste 'para que alguien lo coma'. ¿Lo comés vos? No. ¡Tiralo!", insistió Sandra. "Pero yo comí la milanesa", aclaró la Tana. "Sí, pero el arroz lo dejaste. Y ahora quedaron los fideos", siguió Sandra, visiblemente fastidiada.
Katia, molesta por el reclamo, respondió con ironía: "Si no, hago mi comida y listo. Tanto problema por una comida...". "Ah, entonces era eso… ahora entiendo perfectamente, Tana", lanzó Sandra. "Fácil: no como y listo. Arréglate con Selva", disparó Katia. "¿Qué carajo tiene que ver Selva?", replicó Sandra, desconcertada. "Yo no hablé nada con Selva", sostuvo la Tana.
"¿Por qué no tiraste los fideos y me dijiste 'haceme una porción para mí'? ", le planteó Sandra. "Porque me colgué", respondió Katia. "Pero todos los días es lo mismo", remarcó Sandra. "¿Qué querés, que calcule si hoy tengo más o menos hambre?", retrucó la Tana, con tono desafiante. "Te digo que no lo dejes en la heladera", volvió a insistir Sandra.
La conversación siguió subiendo de tono. Katia explicó: "Yo dije: 'si tarda mucho la comida, me como dos huevos y me voy a dormir'. Después Selva dijo: 'vamos a preguntarle a Sandra'. Ella fue y te preguntó qué ibas a hacer. Yo no tengo nada que ver con eso. Estás diciendo una boludez que nada que ver, y te vas a arrepentir porque vas a ver que no tiene sentido".
"Pero es una pavada para que armes tanto quilombo", le reprochó Sandra. "El quilombo lo armaste vos", le devolvió la Tana. "Ah bueno, te seguís enganchando, Tana", cerró Sandra, visiblemente cansada.