La división de Delitos contra la Integridad Sexual de la Policía de la Ciudad detuvo a Irineo Humberto Garzón Martínez, el hombre acusado de violar a una joven venezolana de 18 años en Balvanera. Lo fueron a buscar a la dirección que arrojaba la tobillera electrónica, que era su casa.
Garzón Martínez fue llevado a la Alcaldía 12, en Saavedra, donde fue encerrado en un calabozo. Después de que lo detuvieran tras escuchar el relato de la joven, Humberto quedó libre porque así lo decidió la jueza que lo juzgó en primera instancia. Pero ante la apelación de la polémica decisión de la profesional, la Sala 1 de la Cámara del Crimen revocó la determinación y solicitó la nueva detención por abuso sexual agravado con acceso carnal, que fue la que se hizo efectiva en estas horas.
En su relato, la joven dijo que asistió al negocio Uniformes Garzón en su primer día de trabajo y que se empezó a preocupar cuando Humberto cerró las persianas y la invitó a beber vodka. Según relató, minutos después comenzó a trabajar y sin darse cuenta bebió un vaso de agua que él le dejó sobre la mesa. A los pocos minutos de hacerlo se empezó a sentir mareada y perdió el conocimiento, hasta que despertó junto a la policía, que la encontró tirada semidesnuda en el local.
El lunes, Garzón declaró ante la Justicia y negó haber violado a la joven a pesar de las amplias pruebas en su contra que incluyen tres lesiones sangrantes compatibles con abuso sexual. También aseguró haber tenido un consentimiento previo y habló de una relación previa.
A la joven le hicieron análisis toxicológicos para saber si Garzón la drogó y, según Infobae, los resultados preliminares de esas pericias indicaron que no se encontraron restos de estupefacientes como cocaína o marihuana. Resta determinar si consumió psicofármacos o analgésicos.