Nada más rico que unos churros crujientes y calentitos para disfrutar con un chocolate caliente o por qué no, unos mates espumosos. Es cierto que hay muchos reparos a la hora de hacerlos en casa ya que se ha difundido mucho que se trata de una receta un tanto riesgosa, puesto que la masa tiende a explotar. Claro que esto sucede cuando no te toman en cuenta los siguientes tips.
El churro tiende a explotar cuando la masa no está lo suficientemente amasada, encierra burbujas de aire que al entrar en contacto con el aceite o la grasa caliente para la fritura, revientan dando lugar al fenómeno tan temido. ¿La solución? Hacerlos siempre con la churrera. Es decir, no se debe colocar la masa en una manga de pastelero porque eso hace que no quede lo suficientemente compacta y por lo tanto, revienten al cocinarlos. La única alternativa que permite el churro hecho con manga es la de cocinarlos al horno pero si vas a freirlos, no hay alternativa más que la de usar churrera. Las hay de distintos precios y calidades, cualquiera sirve a los fines de evitar la explosión, lo que tal vez puede variar en cada caso es la vida útil del aparato.
Dicho esto, va la receta.
Necesitás: una taza de agua, una taza de harina común (NO leudante), una pizca de sal y aceite para freit.
Preparación: poner el agua en una olla y llevar a fuego hasta que rompa el hervor. Ahí ponemos la harina de golpe y mezclamos sin parar con una cuchara de madera hasta que se arme un bollo. La llevamos a la mesada y amasamos antes de que se enfríe ya que en este caso, los churros quedarán duros. Luego colocamos la masa en la churrera y cortamos los churros del largo deseado.
Calentamos el aceite a 180 °C y metemos los churros por espacio de 1 minuto y lo giramos. Luego cocinamos un minuto más, retiramos y colocamos sobre papel absorbente. Espolvoreamos con azúcar y listo.