A principios del 2020 se instaló en los Estados Unidos con un montón de sueños y una historia de amor. Pero meses después, recibió un duro golpe que nada tuvo que ver con la pandemia: tenía leucemia y debía recibir un tratamiento muy agresivo para poder salir adelante.
Con miedo pero llena de ganas de vivir, aceptó la quimioterapia pero le pidió a sus médicos y a su pareja que no dijeran nada. 'No quería preocupar a mi familia', diría después. Recién el viernes pasado, a casi un año de aquél diagnóstico y tras 7 meses de médicos, estudios, pastillas y malestares, se animó a contar lo que había vivido.
Para su enorme sorpresa, las muestras de afecto se multiplicaron a la velocidad de la luz. Amigos, colegas, seguidores y gente que no conocía le brindaron su amor, apoyo y aliento. Otros compartieron incluso sus propias experiencias, algo que a Celina la emocionó aún más.
"A veces eso que más temes hacer es lo que te liberará. Los abrazo 🤗 y deseo que todo ese amor que tienen y dan les vuelva el doble ❤️ Fuerza para los que necesitan apoyo 💪🏼 #donasangre".