EMOTIVO RECUERDO

Cora Debarbieri: "Mauro Viale llevaba a su nieto mayor al canal como hacía con Jonatan cuando era chiquito"

La periodista de espectáculos, que formaba parte del programa Mauro la pura verdad, dialogó con Pronto y recordó al emblemático conductor con sentidas palabras.

Por
Escrito en ESPECTÁCULOS el

Durante los últimos dos años y medio, Cora Debarbieri compartió todos sus domingos con Mauro Viale en las cinco largas horas de aire que tenía en la grilla de América el programa Mauro la pura verdad. Supieron ser grandes compañeros de trabajo y por eso la la periodista de espectáculos le pegó muy dura la noticia del fallecimiento del emblemático conductor. Emocionada, volcó sus sentimientos en su cuenta de Instagram, donde escribió: "Se fue una de las personas más grandes del periodismo argentino. Siempre iba por más y nada era imposible para él. Periodista, conductor, productor, siempre atrás de la primicia. Todo el mundo lo quería y admiraba. Trabajar con Mauro Viale fue una enseñanza constante; con lindas y graciosas idas y vueltas. Persona generosa y con maravillosas anécdotas. ¡Gracias maestro! Un afectuoso abrazo a todo su familia @vialejonatan".

Pronto se comunicó con Cora, quien se refirió a su vínculo con Mauro Viale y cómo lo notó en los días previos a su fallecimiento. "Con Mauro compartimos estos últimos años de trabajo y era un placer formar parte de su equipo. Compartíamos mucho en las previas del programa, nos reuníamos en los sillones que están en la entrada de América y ahí conversábamos. Más allá de hablar de los temas del día, Mauro siempre nos contaba anécdotas de la profesión, tenía cuentos con Maradona, nos contaba que a Jonathan de chiquito lo llevaba a sus programas de radio y lo mismo ha hecho ahora más acá en el tiempo con algunos de sus nietos. Me lo he cruzado más de una vez a Mauro por el canal de la mano de su nieto mayor, el más grande de su hija Ivana, y él lo llevaba re orgulloso y le mostraba el canal por dentro para que el nene conociera dónde trabajaba su abuelo", contó Debarbieri.

-Muchos destacaron ese don familiero de Mauro.

-Sí, para él la familia era muy importante y le encantaba trabajar en familia. De hecho, uno de los productores de su programa es el marido de Ivana, su hija. Mauro es un hombre que se la pasaba produciendo, venía, te miraba y te decía: "Bueno, ¿qué tenemos hoy?, ¿Por dónde vamos? ¿Qué midió, qué no midió?". Siempre quería dar la primicia y quería tener lo último de lo último para marcar agenda y dar la primicia para el otro día que lo tuvieran los otros programas de televisión.

-¿Un adicto al trabajo?

-Trabajaba muchísimo y él nunca estaba cansado. Trabajaba todos los días menos los sábados, ése era su único día libre y jamás lo veías cansado. El trabajo lo mantenía vivo y su hijo siempre decía que le preocupaba verlo trabajar tanto y más en épocas de pandemia. Pero a Mauro el trabajo lo mantenía vivo y le hacía bien.

-¿Cómo era en el laburo?

-Súper amable, agradable, buen compañero. Durante los últimos dos años compartíamos cinco horas diarias de programa, casi sin cortes. Re buen tipo y muy saludable: en el corte lo ibas a ver comiendo cosas sanas y siempre nos aconsejaba cuidarnos y hacer vida sana, que nos hiciera bien a la salud. Se cuidaba mucho.

-¿Qué te pasó cuando te enteraste que había muerto?

-No lo podía creer y para mí fue un shock porque había hablado a las 5 y media de la tarde con Jonathan preguntándole cómo estaba su papá y a Jonathan lo noté muy preocupado. Hablaba de una mejoría y que había pasado de terapia intermedia a una sala común pero estaba preocupado. Me contó que el tratamiento estaba dando efecto, entonces eso me dejó más tranquila. Al rato, estaba en mi casa con la tele de fondo prendida y cuando escuché la noticia no lo podía entender. Fue todo muy raro, incomprensible.

-¿Te comunicaste con tus compañeros?

-Sí, de inmediato. Yo ahora en la semana no estoy con Mauro sino los domingos pero sus compañeros que compartían todos los días me dijeron que lo habían visto más desganado. Te cuento algo más: como el programa del domingo duraba cinco horas y Mauro estaba muy mal porque la pandemia no le permitía ver a sus nietos, los chicos le hacían videollamadas y él hacía el programa hablando con sus nietos por videollamada. Cuando podía, les contestaba y sino dejaba el teléfono con la videollamada prendida para que sus nietos lo vieran.