A mediados de marzo Mónica Gonzaga y su hijo, Adriano Sessa, fueron protagonistas de un episodio polémico bastante desagradable. Básicamente, al joven lo denunciaron por organizar fiestas clandestinas en Uruguay, mientras el país todavía sigue lidiando con la pandemia de coronavirus.
Según informó la radio FM Gente, el joven habría invitado a 500 personas a su cumpleaños violando las restricciones que establece el protocolo para las reuniones sociales en el país vecino. Además, dentro de la fiesta tampoco se habría respetado el distanciamiento social. En ese sentido, desde el ministerio del Interior de Uruguay tomaron la decisión de expulsar del país al joven de 22 años.
Gonzaga salió en defensa de su hijo y aclaró que el festejo había sido "en la playa", más precisamente, en el acceso a la costa que tiene la actriz en su casa de Bahía del Pinar, Punta del Este.
"Aquí se hizo una reunión. Adriano me pidió festejar el cumpleaños de un amigo, con unas 20 personas. Hicieron unas hamburguesas a la parrilla. Vivimos en la playa, nuestro frente es la rambla, la rambla es de Prefectura. En esa convocatoria que se hizo, los chicos hacen flyers. Siempre vienen pocas personas, pero esa noche empezó a caer gente de todas partes por el lado de la playa. Cuando vi la cantidad de gente que había desde mi ventana, le pedí a los amigos de Adriano que llamaran a la policía urgentemente", explicó Gonzaga en diálogo con Intratables.
"Cuando vino la policía en dos segundos desaparecieron todos por el bosque, por la playa, no quedó nadie. Mi hijo había estado una hora tratando de que no entraran por la casa de los vecinos, etc. Después me enteré que había grandes, gente de 30, 40 años. Los chicos no supieron manejar la situación", agregó la actriz, quien además aclaró que su hijo le había enviado la ubicación a varias personas por Whatsapp y ésta se viralizó rápidamente.
Aunque en primera instancia Gonzaga y su hijo parecían estar de acuerdo con la decisión de la Justicia uruguaya, ahora las cosas no les parecen tan justas. Es que se enteraron de que, por haber violado la cuarentena, deberán pagar una multa de 23.000 dólares. O sea, tres millones y medio de pesos argentinos.
"Ahora que pasó algo de tiempo estoy un poco mejor y aliviada, mi hijo ya está participando de una película como productor, y yo ya me estabilicé, pero durante mucho tiempo no me podía dormir, o lograba conciliar el sueño pero me despertaba a las 2 de la mañana, o cada dos horas. Fue muy feo lo que pasamos", contó la actriz en diálogo con CNN Radio, mostrándose muy disgustada por la multa que debían pagar.