Pasaron 9 meses de la muerte de su papá pero a Dalma aún le cuesta creer y aceptar lo que pasó. Para ella, él sigue estando presente ya que lo siente así cada vez que lo necesita.
Si bien evita dar detalles de esos primeros días sin su papá, aceptó compartir con los oyentes de 'Un día perfecto', donde ella trabaja, una experiencia muy especial que vivió apenas unos días después de la despedida. "No lo iba a contar pero... el día que me invitaron a un partido de Boca, para ir a la cancha, pocos días después de la muerte de papá. Mi hermana no quiso saber nada y yo tampoco pero sentía que tenía que hacerlo, en representación".
Guiada por un impulso, le pidió a Andrés Caldarelli, su marido, que la acompañe por lo que también fue testigo de lo que ocurrió después. "Estábamos en el auto y mientras él manejaba, yo iba pensando que no iba a poder, que no quería. Miré al cielo y le dije 'decime si tengo que ir, qué tengo que hacer' y lo vi. No sé si eran las ganas que tenía de verlo o qué, pero lo vi. Es más, le saqué una foto al cielo y le dije a mi marido que mirara el cielo, pero estaba manejando y cuando pudo, no vio nada. Cuando le mostré la foto, se puso a llorar".
Conmovida, explicó: "Se me apareció en ese momento como para decirme que yo tenía que estar ahí. Fue eso: me dio lo que yo necesitaba para saber que tenía que estar entera en la cancha ese día".