El martes 20 Argentina debutó con una derrota por 2 a 1 frente a Arabia Saudita en el Mundial de Qatar. Fue un duro traspié para todo el pueblo que esperaba una alegría, pero también para aquellos que fueron a la cancha. Muchos, como es el caso de Marcelo Tinelli, por ejemplo, sufrieron por partida doble. Lo peor de todo, que la culpa la tuvo el Pollo Álvarez.
¿Qué remarcar los que están allá? Qué hace mucho calor y que para hacerle frente a eso hay aires acondicionados por todos lados funcionando de manera permanente. Allá no se fijan en cuidar la electricidad, no tienen problema con el pago de la factura y los equipos están funcionado a 18 grados. Pasa en los comercios, en los taxis y en todo el transporte público, y en los estadios donde se está desarrollando la cita mundialista.
Todo esto viene a colación de que Tinelli padeció el primer partido del equipo de Lionel Messi por culpa del Pollo. Tomó un consejo que le dio para ir a la cancha y la pasó mal. Le dijo que vaya abrigado porque iba a tener frío. Fue así que Marce y todo el grupo con el está en Doha (su hijo Lolo, El Tirri, Chato Prada, Fede Hoppe, Hernán De Laurente y Lautaro Mauro), le hicieron caso.
Por supuesto, en tiempos de redes sociales, el conductor no dudó en mandarlo al frente: “Vinimos todos súper abrigados por el consejo del Pollo Álvarez. Y el Pollo vino en bermudas. Un hdp. Ja, ja, ja”. Pero no frenó ahí: “Nos estamos muriendo. Mirá... Pantalón largo, medias gruesas, campera. Lolo, también. Vos viniste de bermuda... Y yo vine así por verte a vos”.
A raíz de lo que se generó, Álvarez se hizo cargo, admitió su error, pero se fue rápido del estadio, por las dudas, claro: “Le pido disculpas a todos porque me está puteando, mucha gente. La verdad es que me voy. Gracias por todo, chicos”. Luego, ensayó una excusa: “No, lo que pasa es que yo fui a la inauguración que era de noche y hacía un poco de frío”.
Ya con esta experiencia, el sábado 26, cuando Marce y todos los suyos vayan a la segunda fecha contra México, lo hará de otra manera. Lo hará más relajado, con ropa más holgada, esperando que su bienestar se complete con un triunfo de la albiceleste.