ENTREVISTA

Karina Hernández y el furor de El primero de nosotros: "Por la calle me gritan Raquelita y no deja de ser una sorpresa"

Dueña de un prolífico recorrido en el teatro, Karina también brilla en televisión como la secretaria metepata de Jorgelina Aruzzi y el público la reconoce cada vez más. “Es un flash para mí porque siempre laburé de actriz pero nunca en algo tan popular", reconoce.

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Actriz todoterreno, Karina Hernández está en un momento súper prolífico de su carrera artística: en televisión brilla como la secretaria graciosa de Jorgelina Aruzzi en la novela de Telefe El primero de nosotros mientras que en teatro forma parte de la obra Mujeres en el baño, los sábados a las 20.30 en el Teatro Santos Dumont 4040, con dirección de Mariela Asensio y un elenco que completan Maida Andrenacci, Laura Conforte, Laura Cymer y Esther Goris.

Además, volvió con la pieza Delia, junto a Leticia Siciliani, en la sala Nün, que la misma Karina regentea. “Me pone feliz habitar este proyecto que se llama Mujeres en el baño. Estoy muy contenta y adrenalínica a la vez porque la obra es compleja. Es tan precisa que fue toda una osadía sumarme. Me pone contenta compartir el escenario con Esther Goris, Maida Andrenacci, Laura Cymer y Laura Conforte, que son actrices del carajo”, arranca Karina.

-¿De qué va la obra?

-Son cinco mujeres con cinco historias particulares y hablan de dejar atrás los mandatos en general. Cada una tiene su particularidad: Esther es la mujer que siempre fue ama de casa y quiere romper con ese mandato de los viejos amores; la mía lucha con el cuerpo y el mandato de lo que venimos predeterminados a hacer y de cómo la presión social y las miradas ajenas hacen que queramos vivir de una manera.

-¿Te identificás con tu personaje?

-Sí, absolutamente. En esta en particular me siento muy identificada. Por suerte, con la directora Mariela Asensio pudimos trabajar y entender desde qué lado queríamos contar la historia y sí, me siento súper identificada porque tengo este cuerpo, lo habito y crecí siempre con la mirada ajena puesta en la forma de mi cuerpo. Y las preguntas de siempre: cuándo vas a cambiar, cuándo vas a hacer dieta, cuándo esto y cuándo lo otro.

-Pusiste el debate de la gordofobia en el tapete. ¿Te sigue pesando la mirada ajena o lo pudiste trascender?

-No; es que no me pesa pero se ve que a los demás, sí. Les pesa más a los de afuera que a mí. Me encantaría que no sea un tema y no tener que hablar de esto pero para el otro sigue siendo un tema. Entonces, en cuanto y en tanto para los demás siga siendo un tema, voy a seguir discutiendo y debatiendo acerca de eso. Igual te aclaro que para mí te diría que inconscientemente casi nunca fue un tema. Lo es más profundo a través de los años porque uno va creciendo y va viendo no posibilidades o ciertas cuestiones laborales o de vestimenta que te limitan. Si me das a elegir, me encantaría que no sea una discusión y que vivamos en un mundo feliz, en donde no se tenga que hablar de color, peso, altura, sexualidad y etcétera. Sería maravilloso ese mundo y ojalá que los que vengan lo vean así.

-En tu caso siempre pudiste trabajar. ¿O no?

-Sí, estoy súper agradecida del lugar que tengo y sé que laburé un montón para tenerlo. Me hace muy feliz el espacio que habito y lo que hago pero es más complejo el tema. No piensan historias afuera del cuerpo hoy por hoy. Penosamente, digo. Hay lugares que sí y no quiero generalizar pero en su mayoría no ves historias de una gorda enamorándose o yendo a laburar sin especificar que es gorda en algún momento. Siempre hay algo atado a eso. Entonces, me parece que sí, que las posibilidades son muy pocas. Hoy por hoy las historias las protagonizan mujeres hegemónicas, hermosas y buenas actrices pero no gordas. Y fuera de discusión está por qué lo hacen: la idea no es sacar a esas actrices de ese lugar sino abrir el juego para todos.

-Estás con varias obras a la vez. ¿Cómo hacés?

-Se puede, ¡creeme que se puede! Además de Mujeres en el baño, estoy con Una y mil, una obra hermosa que hacemos 12 mujeres y en donde hablamos de los lugares que ocupan los cuerpos en determinados ámbitos. Está en el Cultural San Martín los miércoles y viernes a las 20.30. Es una obra bastante épica y que se corre muy del eje. También volvimos por mayo con Delia, los domingos a las 21 en Nün Teatro bar con el elenco original.

-Actuás en El primero de nosotros, por Telefe.

-Sí, ¡me encanta! Estoy chocha con las repercusiones de la novela y no para de darme alegrías. Mi personaje se llama Raquel y es la secretaria de Jorgelina Aruzzi. Básicamente mi mundo está ahí, en la escribanía y soy una secretaria bastante catrasca, que vive metiendo la pata y mandándose líos. La historia es bastante triste pero real y sin golpes bajos. Es una realidad que le puede pasar a cualquiera y la historia es súper verdadera. Es más verdadera que triste. Estoy feliz con eso porque me tocó la mejor compañera del mundo que me podía tocar.

-¿Es divertida Aruzzi?

-¡Jorgelina es lo más! Desde el primer día jugamos muy abiertamente y ella fue muy generosa conmigo. Me abrió el juego totalmente y ahora que ya terminaron las grabaciones te puedo decir que me hizo muy feliz la experiencia de haber grabado esa novela. Son todos increíbles y como me tocaba jugar mucho con Jorgelina, le agradezco infinitamente su bondad y su amorosidad para conmigo.

-¿Te reconocen mucho por la novela?

-Sí. Justo ayer lo comentaba con unos amigos. Aparezco mucho en los capítulos que se están viendo ahora y me gritan Raquelita por la calle. La gente se para, me cuenta con qué personaje se siente identificado y eso está buenísimo. Es un flash para mí porque siempre laburé de actriz pero nunca en algo tan popular. Es sorpresivo que me reconozcan por la calle.

-Estuviste a un paso de entrar al Bailando y no se concretó. ¿Te quedaste con las ganas?

-Si no entré, creo que por algo fue y no reniego de eso. Claramente hubo una pandemia de por medio y si no lo hice es porque no lo tenía que hacer en ese momento. Si viniese a futuro la posibilidad de hacerlo, tendría que pensarlo. La realidad es que quiero actuar y esa es mi pasión. Obvio que me divierte el Bailando por el montaje que lleva y porque podría hacer una coreo por día pero siempre voy a priorizar las propuestas referidas a mi actriz. Ahí me enfoco y es lo que sueño hacer toda mi vida. Estoy en un gran momento, con la tele y el teatro así que feliz.

-¿Qué te divierte hacer en tus ratos libres?

-Estaría careciendo de ratos libres porque estoy en 22 mil obras y coacheando en una serie. No tengo ratos libres pero cuando tengo un huequito, me voy a Nün, que es mi mayor disfrute. Es el teatro que tengo con mis dos socias, amo estar ahí y poder cranear cosas para Nün. También ir a comer con mis amigos, relajarme y mirar el techo. Eso es impagable.

-¿Cocinás?

-Sí y cocino muy bien pero no lo hago mucho por falta de tiempo. Me doy recontra maña con la cocina. Y en el teatro también preparaba muchas cosas porque tiene un bar pero ahora ya casi no puedo hacerlo más porque no tengo disponibilidad. Tenemos gente más idónea que se encarga del tema. Ahora si estoy ahí y el bar está a pleno, obvio que te hago el sándwich. No se me caen los anillos y no concibo el laburo de otra manera. Me parece que funciona así: arremangándome y haciendo. Siempre me fascinó remar y luchar.

-¿Estás en pareja?

-Estoy muy bien. Estoy acompañada y bien pero no me gusta contar mucho más. Tengo mucho amor y amistades que me hacen sentir muy acompañada. Mascota no tengo porque no tengo tiempo básicamente. Me encantaría pero no podría dejar solo todo el día a un animalito.

-¿Qué más tenés en carpeta?

-Voy a grabar una participación la serie Nada, que es de Star+ con Luis Brandoni. Además, hay otras puntitas de trabajo pero como no están confirmadas, dejo que sigan llegando las propuestas.

Por Nicolás Peralta