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Tras llegar a la final de un concurso fit model en Letonia, Ingrid Grudke se puso una nueva meta: "Me tengo fe"

La reconocida modelo, que el año pasado sorprendió al llegar a la final de un concurso internacional de fit model organizado por Arnold Schwarzenegger, detalló qué tiene pensado hacer este año para superarse. Increíble.

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A los 45 años, Ingrid Grudke demostró que cuando uno se pone una mete y trabaja mucho para lograrla, todo sueño se puede cumplir. Eso le pasó el año pasado, cuando se presentó a un concurso internacional de fit model en Letonia y llegó a la final. En diálogo con Pronto, la modelo contó cómo se entrenó para estar óptima.

"Lo mío era más localizado porque mi forma de entrenar es de pesas y definir los músculos. O sea: fit model es una categoría que está dentro del fisicoculturismo. Hay cuatro categorías: body fure es lo que conocemos todos que es la hipertrofia muscular y lo exagerado del músculo, luego están bikini, wellness que son las chicas con más pierna y cola y en 2015 agregaron fit model tanto para hombre como para mujer. Tiene que ver con el músculo marcado y definido pero estilizado, sin usar la hipertrofia muscular ni la suplementación", arrancó Ingrid.

"Como empecé a entrenar por videollamada con mi entrenadora que está en Mar del Plata y fue la distancia, ella me dijo que tenía que hacer fit model. ´Tenés la simetría y las características para esta categoría´, me sugirió. Y ahí es donde me empecé a interiorizar y ella me fue mostrando videos y me fue contando de qué se trataba", acotó.

-¿Te costó entrar en ese mundo?

-Quise verlo, lo investigué y me encantó meterme. En el último tramo antes de viajar a Letonia, entrené en Misiones con una nutricionista a la par porque la comida es muy importante. Y entrenaba todos los días en el gimnasio, más una rigidez en la alimentación de cumplir seis veces al día con la comida. Finalmente fui a Letonia y llegué a la final del concurso internacional de fit model.

-¿Imaginaste que ibas a llegar tan lejos?

-No. Nunca pensé eso. El marido de Analía, mi entrenadora, me dijo: “Nunca vi un deportista que debute en un mundial de fit model”. Estaba sorprendido y yo también. Fue mi primera presentación, directo en el mundial en Letonia y llegué a la final. Lo viví con felicidad y confié mucho en Analía y su marido, que también es entrenador. Como era algo nuevo, me generaba adrenalina y más en un país donde nadie me conoce. Eso me dio un sabor diferente y competí con finlandesas, rusas, ucranianas y dos chicas españolas. Fue un gran desafío personal y me gustaba ver adónde podía llegar con mis propios límites.

-¿Qué aprendiste?

-Que uno no se da cuenta de la capacidad que tiene el ser humano hasta que decide desafiarse y hacerlo. Eso me pasó. En un momento pensé: “¿Cómo es que a los 45 años me estoy yendo a un concurso internacional de una exhibición muscular frente a un jurado que no me conoce?”. ¡Todo era una locura! Fui, llegué a la final con gente que no conocía y todo eso me hizo saber que somos mucho más capaces de lo que creemos. Solo nos tenemos que disponer a hacerlo. Para eso hay que estudiar, focalizarse, pensar y estar convencido de lo que querés hacer. Para eso no necesitás pisar ninguna cabeza: solo tenés que confiar en tu propia capacidad.

-¿Tuviste que cambiar mucho tu alimentación?

-No porque siempre comí muy sano, desde chica. Por eso no me costó hacer la dieta para el entrenamiento de fit model. A los 6 años no comía golosinas sino que iba a la huerta, arrancaba una zanahoria y esa era mi golosina. O las frutas. Nunca tomé gaseosas, no me gusta el vino, no tomo alcohol y no me llaman la atención los postres o las tortas. No me gustan las galletitas ni las harinas procesadas.

-¿Qué merendás?

-Mi merienda es un yogurt con avena o frutas o me hago panqueques o tostada con dulce y queso. O sino huevos revueltos, un omelette o tostadas con palta. Me gusta mucho más lo salado que lo dulce. Si bien es todo proteico, también necesito hidratos para tener energía y ahí es cuando consumo papa, arroz, fideos. Siempre hay pan en el desayuno y la merienda. La base de mi alimentación es la carne, legumbres, frutas y verduras. Si como algo muy elaborado, como un pedazo de torta, me siento pesada y mi estómago ya se acostumbró a otra forma de alimentarme, que llevo desde chica.

-¿Vas a seguir entrenando para volver a competir?

-Sí. Voy a seguir. Dicen que la primera es para experimentar, la segunda para competir y la tercera para ganar. Así que pienso seguir. Me tengo mucha fe. Si bien no tengo una fecha para competir, me sigo entrenando a distancia con Analía. El experimento que hice el año pasado me potenció mediáticamente, generó curiosidad entre mis seguidoras, entre las mujeres y en los medios de comunicación. Todos me preguntaban qué estaba haciendo porque de golpe salté a algo que nada que ver, eso sorprendió a todos y me ayudó a volver a ponerme en un lugar que generó interés y que permitió a todos pensarme desde un lugar que nadie imaginaba. Incluso me hicieron notas en los noticieros porque después de Letonia, fui al concurso Arnold, de Arnold Schwarzenegger, en Sevilla y nadie entendía qué hacía ahí.

-¿Te escribían mucho por las redes sociales?

-Un montón y eso estuvo bueno. Soy de dejar que las cosas fluyan y me subo al tren de lo que me gusta. Como en este caso con el culturismo. Y después de los 40, las mujeres empezamos a perder masa muscular, creemos que ya no podemos como antes y a partir de esto que viví, me pude conectar con el público desde un lugar diferente. Fui comunicando que nuestro cuerpo es el vehículo en la vida y lo que hice no tiene que ver con la estética sino con la salud. Pude demostrar que las mujeres, y los hombres también, tenemos que concentrarnos en estar fuertes físicamente para evitar los médicos y las enfermedades. Si escuchamos más al cuerpo, podemos evitar o frenar problemas de salud.