Con las emociones a flor de piel, Fede Bal dio por finalizada su temporada en Carlos Paz. Anoche hizo su última función como Lola en el musical Kinky boots, con un Teatro Luxor repleto que lo ovacionó de pie. Entre los asistentes estaba su mamá, Carmen Barbieri, quien viajó a la villa serrana exclusivamente para ver por última vez a su hijo en la piel de una simpática drag queen.
"Ni sé la cantidad de veces que mamá vio la obra, creo que se la sabe de memoria. Es más, me dijo que agradecer haber quedado viva después del covid para poder verme hacer este musical", confió a Pronto Fede.
En medio de su escandalosa separación de Sofía Aldrey, Bal pudo concentrarse y darle un gran cierre a su temporada, que él define como inolvidable. "Profesionalmente, creo que estoy en mi mejor momento. Sobre todo porque estoy con las ganas también de viajar en marzo para hacer Resto del mundo y hasta entonces meterle todo a Kinky boots, que no para de darme satisfacciones”, expresó el hijo actor de Carmen Barbieri y Santiago Bal.
Una vez que finalizó la última función, Bal recibió un inesperado regalo en el escenario. Su productor, Miguel Pardo, se subió al escenario y le obsequió un cuadro hecho por un artista plástico llamando Mario Lange con una bota roja, en recuerdo de su entrañable Lola de Kinky boots. El actor, claramente, se emocionó y lo agradeció.
La presencia de Carmen fue una sorpresa total para Fede ya que no sabía que iba a viajar a verlo y también estuvo presente Ricky Pashkus, director artístico del show. Una vez que se abrazaron con el elenco y Bal les agradeció tanto a Fede Salles como a Laura Esquivel por haberlo secundado en el espectáculo, se fueron a compartir una rica cena.
Esquivel llorisqueó de la emoción y también se la vio movilizada a Aldana Arano, de Pardo Producciones, que compartió todas las noches de trabajo en el teatro con el elenco. "Es un verano inolvidable", cerró Fede, uno de los grandes protagonistas de la temporada cordobesa.
Por Nicolás Peralta // Fotos Luis Varela