Su camarín es una especie de lugar mágico donde se respira buena energía y donde hay color. Mucho color. Pelucas, brillos, trajes con lentejuelas, botas metalizadas y una pared con un mural con fotos de ella dan cuenta de que estamos ante la presencia de una verdadera estrella. Fátima Florez invita a Pronto a pasar al espacio donde se prepara antes de salir a escena cada noche en el Teatro Holiday de Carlos Paz y se relaja en una charla distendida.
Té con jengibre en mano, repasa su carrera y habla sobre su exitoso presente, que la tiene más que entusiasmada puesto que con su nuevo espectáculo, Fátima es mundial, la artista llena la doble función diaria que hace en las sierras cordobesas. “Llego siempre dos horas antes de la función, elongo, entreno, vocalizo y hasta me tiro al piso con mi mat de yoga a hacer poses para estar entrenada y salir óptima al escenario”, comenta.
-Qué bien te está yendo.
-Ay, sí, ¡increíble! Es un éxito que la gente acompaña siempre, gracias a Dios. Hay también mucho público nuevo que se suma y me hace feliz siempre volver a la villa. Hacer dos funciones por noche nos tiene muy atareados y con ganas de seguir creciendo. Este show me encanta porque tiene mucho musical, canto y bailo sin parar y eso me fascina porque es lo que puedo desarrollar en el teatro y que no muestro tanto en la tele.
-¿Cuántos personajes hacés?
-Muchísimos. No los tengo contados pero son bastantes. En este show hay muchos personajes nuevos y muy variados. Fátima es mundial le hace honor al Mundial de Qatar y también a los personajes internacionales que hago esta vez, como Gloria Gaynor, Beyoncé, Gloria Trevi, JLo, Liza Minnelli, Marilyn Monroe. También están Pimpinela, Los Ángeles Azules y las grandes divas: Susana, Moria y Mirtha. Dura una hora 50 y no tiene descanso, ¡vamos a todo ritmo!
-¿Por qué le pusiste Fátima es Mundial?
-Eso es muy curioso: si bien hace referencia al Mundial de fútbol, el concepto es decretar cosas lindas y grandes. Hoy puedo materializar muchos sueños que tuve desde chica y quizás cuando arranqué muchos me decían que no se me iban a dar. Por suerte, pude concretar esos sueños que tenía y dedicarme a esto que tanto amo.
-¿Das por sentado el éxito o sos consciente de que no es natural que siempre te vaya tan bien?
-Soy muy agradecida a Dios, soy híper creyente y sé que Dios siempre me tiende una mano, me escucha, me acobija y me mira. Sé que pasé cosas muy difíciles pero no me victimizo porque todo el mundo pasa por situaciones complicadas. A nivel laboral no fueron fáciles mis comienzos y me cerraban puertas por el simple hecho de ser mujer. Más en un ambiente como el mío que siempre fue muy machista y dominado por hombres. A las mujeres nos decían: “Bueno, ponete en bolas y mostrá el lomo que con eso es suficiente porque para hacer reír estamos nosotros”. Lo decían productores y por suerte esos pensamientos cambiaron aunque siempre hay que demostrar más. Y por ser mujeres incluso hoy en día tenemos que seguir demostrando más.
-¿Incluso hoy?
-Sí, hoy pasa aunque no tanto como antes. Obviamente que todo cambió y evolucionó pero incluso hoy no está todo tan parejo. De todos modos, en cierta parte lo agradezco porque me obliga a mí a ser mejor artista, mejor cantante y bailarina y a desafiarme permanentemente. Está bueno desde ese lado para no achancharme y no estancarme, aunque por naturaleza no soy de relajarme y siempre busco ir por más. Soy demasiado perfeccionista y siempre busco nuevos horizontes.
-¿Tenés cábalas?
-Sí. A la Selección Nacional siempre le tuve mucha fe pero por cábala no podía anunciar el nombre de mi nuevo espectáculo, que ya lo tenía definido, hasta que nos consagráramos campeones. Tenía que esperar para no quemar nada y guardé y atesoré el nombre como cábala y promesa. Lo registramos y teníamos dos títulos, por las dudas. Cuando Argentina salió campeón dejé como título Fátima es mundial.
-¿Sos futbolera?
-Entiendo bastante de fútbol, me gusta y todo lo que une y mueve, me encanta. Creo que el fútbol nos unió mucho y fijate que todos salimos a festejar. Ahí no había diferencias de nada: estábamos todos unidos festejando. Todos rezando y tirando para el mismo lado. Nosotros lo vimos con Norberto y unos amigos en casa. ¿Si tengo cábalas en el teatro? Sí: antes de salir a escena tomo un sorbito de gaseosa, me hago un té de jengibre y aparte les rezo a mis santitos, que tengo siempre acá en el camarín.
-¿Cuáles santitos?
-La Virgen de Fátima, la de Lourdes, la Desatanudos y San Expedito. Les rezo porque me imantan de buena energía y me hacen bien. Soy una mujer espiritual, estudié yoga y tengo mi propia técnica, donde fusiono el yoga más lo que aprendí en danza, elongación y gimnasia.
-Tenés formación clásica, ¿no?
-Sí. Fui becada en Cuba y viví un tiempo en La Habana. Es algo que no sabe casi nadie. Fue a mis 17 años, justo cuando terminé el colegio. Estaba estudiando en Buenos Aires danza con Marta Bersi, que es una profesora cubana muy grosa y exigente, y ella siempre me apoyó y entusiasmó mucho. Apareció esta beca para ir a Cuba, lo cual acepté y me fui.
-¿Sola te fuiste o acompañada?
-Me fui con otro grupo de chicas y me acuerdo de que mi abuela me ayudó con unos ahorros para que pudiera bancarme allá. Era otro país y fue una experiencia alucinante vivir en La Habana. Aprendí muchísimo y me dieron una base de clásico fenomenal porque eran diez horas de clásico por día. Estuve varios meses y cuando volví, empecé mi carrera acá en Argentina.
-¿Cómo fueron esos días en La Habana?
-Era difícil porque vivíamos en casas de familia, no es que estábamos en un hotel all inclusive cinco estrellas. Estábamos becadas y fuimos tipo mochileras. Paramos con otra chica que era estudiante de baile como yo y las situaciones eran precarias. Recuerdo que a determinada hora del día cortaban la luz, nos bañábamos con agua fría, no existía el jabón y comer pollo era un lujo que solo podíamos probar una vez a la semana. Al margen de eso, la pasé súper bien porque tuve maestros increíbles y gente tan decente y hermosa, que podías salir hasta las 3 de la mañana y nadie te hacía nada. Tengo los mejores recuerdos y me volví con el título de la beca de la escuela de Laura Alonso, que es muy grosa allá. Fueron mis comienzos.
-¿Y qué hiciste cuando regresaste a la Argentina?
-Audicioné con Pepito Cibrián y empecé a trabajar con él. La primera obra que hice fue el Rey David y luego El jorobado de París 2. La hicimos en el Teatro Liceo y fue alucinante la experiencia. Estuve incluso de gira con El jorobado.
-¿Con Pepito tenés relación?
-Sí. Cada tanto nos escribimos. Me había invitado a su casamiento pero no pude ir porque estaba de gira con mi espectáculo por Mendoza así que lo lamenté. Fue un gran maestro y aprendí mucho de él. Compartíamos muchas horas por día y siempre fui muy agradecida de la gente que dejó una enseñanza grande. Pepe siempre dice que soy de las que más lo nombra y me lo agradece también. ¿Cómo no lo voy a hacer? Hay que ser agradecido en la vida.
-¿Quiénes son tus maestros?
-Además de Pepe, Santiago Doria que fue el maestro que me preparó en teatro y después tengo muchos más que me formaron en la vida pero que no son tan conocidos. Ellos me dieron clases de canto, de baile, de actuación. Trabajando arriba del escenario me terminé de formar. El escenario te prepara y mucho.
-¿Y con Moria Casán qué pasa que están meta tirarse palos?
-¿La verdad? No entiendo del todo qué es lo que pasa. Dijo que no quiere que la imite pero me sorprende porque siempre aseguró que le encantaba que la imite y que lo sentía como un homenaje. Siempre la hice con respeto, con cariño.
-¿Te mandó carta documento para que la dejes de imitar?
-No, no. No me mandó nada. La sigo haciendo todas las noches en Fátima es mundial porque nadie me mandó ninguna carta documento y no existen precedentes en el tema. Imaginate que sino no podrían existir los shows en Las Vegas. Allí tenés a Celine Dion, que es una mega estrella mundial, y a una cuadra tenés a los que la imitan a ella, a Madonna, a Michael Jackson, a Lady Gaga y los que se te ocurran. Lo de Moria lo tomo como un juego mediático y siento que es así. Realmente siento y creo que es así; por eso no me hago drama.
-¿No te afecta en lo emocional?
-No, para nada. Ya estoy un poco ateflonada. Si me hubiera pasado esto a los comienzos, hubiera dicho: “Ay, qué miedo”. Pero ya no. En un momento, hablamos con Maxi Cardaci que es su agente de prensa para no molestarla a ella porque sé que está con el teatro también y con muchas tareas, entonces lo llamamos a Maxi para aclarar el tema. Está todo súper bien, así que yo creo que ya está. Aparte si ves el respeto con el que hago ese cuadro, donde están Mirtha, Susana y Moria, todo está perfecto, hecho con mucho amor y el público lo recibe de igual manera.
-¿Cuánto tiempo antes de la función llegás al teatro?
-Me lleva bastante tiempo prepararme. De hecho, empiezo en mi casa a calentar. Arranco con la bicicleta y la parte aeróbica tipo 7 de la tarde y a eso le sumo elongación. Elongo bastante y es muy necesario arriba del escenario estar plástica y liviana. No pierdo la elasticidad porque a todos los personajes les pongo el cuerpo. Después de la bici, llego al teatro y en mi camarín sigo elongando y vocalizando. Pruebo el sonido, me tiro al piso con la pelota de yoga, más que tomo té de jengibre. ¡El día se me vuela!
-¿Podés meterte a la pileta y descansar o tomar un traguito?
-No, jamás. Nunca en la vida tomé alcohol y tampoco nunca probé un cigarrillo. No me gusta, no sé. Nunca se dio y no me interesa. Nunca tuve la costumbre aunque por un personaje jugado que lo amerite, lo haría. Siempre digo que si me dieran un papel en ficción bien jugado y dramático, la rompería.
-¿Nunca te ofrecieron una novela?
-¿Sabés que no? Siempre me llega todo para hacer humor pero espero me lo den algún día. Soy híper agradecida de hacer humor y dedicarme a esto pero me gustaría probarme en otro lugar. Nunca dejaría lo mío pero me gustaría hacer un personaje dramático, que no tenga nada que ver con el humor. Me preparé para eso y sé que lo haría muy bien. Igual sé que en algún momento lo voy a hacer y si no me llega la propuesta, lo voy a producir yo.
-¿Lo harías?
-Por supuesto. Con Norberto tenemos nuestra productora, que se llama NB Producciones y es con la que hacemos nuestras obras de teatro. Se llama así porque son las siglas de mi marido: Norberto Berenstein. Todos lo conocen como Norberto Marcos pero Marcos es su segundo nombre. Su apellido es Berenstein y casi nadie lo sabe. Es más, Carlos Rottemberg se enteró hace poco de esto también. Amaría producirme un papel súper dramático, como en su momento fue Mujeres asesinas. Bien jugado y que digan: “Guau, no sabía que Fátima podía hacer algo así”.
-¿Como Guillermo Francella, que pudo cambiar el rumbo de su carrera?
-Algo así pero sin dejar de hacer lo mío. Francella es un referente porque te hace reír de una manera increíble y ahora la está rompiendo en Casados con hijos en el Gran Rex pero al mismo tiempo hace cine con personajes que no podés creer. El supo manejar muy bien su carrera e hizo un salto enorme. Ojo: yo hago de todo arriba del escenario e imaginate que los personajes que hago son tan diferentes unos de otros y no es nada fácil en cuestión de segundos pasar de uno a otro. Hay que tener un training actoral importante pero también creo que estos otros desafíos de hacer papeles dramáticos están buenos.
Nicolás Peralta
Fotos: Luis Varela
La entrevista completa con Fátima Florez y otras más están en la edición digital de febrero de revista Pronto, se puede descargar y leer de manera gratuita haciendo click en este link