Por estas horas los sentimientos de Lizy Tagliani están en un subibaja. Pasadas las 20 se casó con Sebastián Nebot (al mediodía lo había hecho por civil) y ahora, el condimento especial, es la fiesta para unos 180 invitados. Pero no fueron los únicos que estuvieron ahí, porque hubo otros que anduvieron sobrevolando y acompañándola.
De antemano, artista había mencionado que le iba a dedicar un momento de la boda a los que ya no están, a sus padres y amigos. Cuando llegó ese momento, soltó un globo por cada uno de ellos. Uno de los más emotivos fue cuando de su boca salió el nombre de La Floppy, amiga y asistente que falleció en julio de 2020 producto de una infección derivada de leucemia.
Fiel a su estilo, sin perder el humor, tiró un chascarrillo cuando intentó soltar el globo inflado con helio, pero le costó: “Se ve que allá en el cielo sigue gorda porque no quiere volar”, dijo y agregó: “Decirle que también la amo y la extraño todo los días de mi vida”.
Por otro lado, también le dedicó cálidas palabras al recordado Jorge Ibáñez. Lizy contó que gracias a él conoció a Mirtha Legrad, quien participó de la fiesta como su madrina de boda. “Casi, casi es un panteón esto”, volvió a bromear. “Antes de hacerme conocida me iba a hacer un vestido dorado, uno rojo y otro blanco”.
“Nunca se dio, pero siempre me acuerdo de esa promesa, mi querido Jorge Ibáñez”, agregó y todos los presentes se fundieron en un aplauso cerrado. Vale destacar que más allá de las lágrimas, jamás perdió la sonrisa y los chistes se multiplicaron. En todo momento estuvo el clima festivo más allá de los homenajes.