DÍA MUNDIAL

¿Sabías que el linfoma es la enfermedad de la sangre más común en adultos?

Es un cáncer que afecta al sistema linfático, encargado de defender al organismo frente a las infecciones. Existen más de 80 tipos de linfomas y pueden afectar tanto a niños como a adultos.

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Los linfomas son un tipo de cáncer del sistema linfático, el cual está compuesto por los ganglios y una extensa red de vasos que los conectan, denominados vasos linfáticos. Estos órganos forman parte del sistema inmunológico, que se encarga de la defensa del organismo. Los ganglios linfáticos se distribuyen por todo el cuerpo. Algunos son accesibles a la palpación (cuello, axilas, ingles) y otros son profundos, hallándose en el interior del tórax y del abdomen.

Los linfomas se dividen en dos grandes grupos: Linfoma de Hodgkin y los Linfomas No Hodgkin (LNH) que son los de mayor incidencia. Estos últimos se dividen a su vez en cerca de 60 subtipos diferentes.

Los linfomas afectan a 1 de cada 5.000 personas a nivel mundial. La mayor parte de ellas tienen altas probabilidades de curación si son diagnosticadas y tratadas a tiempo.

Por ello, conocer los síntomas de esta enfermedad y concurrir al médico a tiempo es sumamente importante. Lo primero que se debe observar es el crecimiento (generalmente indoloro) de uno o varios ganglios linfáticos. Pero como el mismo puede obedecer a otros factores o puede no estar accesible a la palpación, es fundamental estar atentos a la presencia persistente de otros síntomas que están asociados a los linfomas, sin que haya otro motivo que justifique su aparición:

  • Sudoración nocturna
  • Aumento de la temperatura hasta los 38 grados por la noche
  • Pérdida de peso
  • Escalofríos
  • Fatiga / falta de energía
  • Pérdida del apetito
  • Tos
  • Picazón persistente en todo el cuerpo y/o erupciones
  • Falta de aire
  • Dolor de cabeza

¿Cómo se detecta y se trata?

Para diagnosticar este tipo de cáncer se utilizan distintos métodos como tomografía computada, Pet Tc, laboratorio completo que incluya marcadores virales y marcadores oncológicos, y biopsia de médula ósea. Y para llegar al diagnóstico específico se debe realizar una biopsia del órgano comprometido (generalmente, los ganglios o la masa tumoral en órgano sólido).

En cuanto a los tratamientos, se utilizan distintos tipos de drogas quimioterápicas, inmunomoduladoras y medicamentos biológicos. En algunos linfomas también puede indicarse el trasplante de médula ósea.

El diagnóstico precoz de esta enfermedad es de suma importancia, ya que los pacientes que se diagnosticaron en estadios tempranos tienen un 70% de probabilidad de supervivencia a 5 años. Esa probabilidad decae al 58% de los pacientes con diagnóstico en estadios avanzados.