La evolución de las soluciones anti-age pasa actualmente por la tendencia a lo natural: se trata de reponer aquellos componentes esenciales que el organismo, con la edad, va dejando de producir en la misma cantidad. En este sentido, cientos de estudios confirman hoy los beneficios de la coenzima Q10, uno de los antioxidantes más poderosos. El organismo produce naturalmente esta coenzima antioxidante, pero la edad (desde muy temprano: a partir de los 20 años) y algunos otros factores hacen que vaya disminuyendo esa capacidad.
La investigación médica asegura que la Q10 es un protector natural contra las enfermedades cardiovasculares, las afecciones neurodegenerativas, el síndrome de la deficiencia mitocondrial (que provoca cansancio por falta de capacidad de las células para recuperarse), los procesos inflamatorios y los efectos generales del envejecimiento. Incluso se sabe que la fatiga, el dolor muscular, la disminución de la energía física y mental y la falta de resistencia durante la actividad física pueden ser síntomas de la caída de los niveles de coenzima Q10 en el organismo.
La coenzima Q10 es un antioxidante que hace su efecto en el interior de la célula favoreciendo la acción de las mitocondrias, que son los orgánulos que intervienen en la producción de energía. Por eso es una de las principales responsables de la rápida recuperación y el rendimiento tras la actividad física, ayudando a evitar la fatiga.
La piel es uno de los principales órganos que la coenzima Q10 ayuda naturalmente a mantener, y uno de los primeros en sentir su falta, que le hace perder la firmeza y el tono. Al disminuir los radicales libres, que aceleran los procesos de envejecimiento, la coenzima es un aliado natural contra el peso de la edad y las arrugas.
La Q10 se sintetiza a partir de la misma vía que el colesterol, y por eso las estatinas –inhibidoras de la HMG- CoA reductasa, utilizadas en los tratamientos para bajar el colesterol– también bajan los niveles de producción de la coenzima Q10, lo que tiende a producir cansancio, dolores musculares y pérdida del rendimiento físico. Por eso el tratamiento con estatinas –habitual en las personas con dislipidemia, que es un factor de riesgo cardiovascular– es uno de los motivos que pueden disminuir la producción endógena de Q10, y una de las principales indicaciones para la suplementación son los pacientes en tratamiento con estatinas.
Afortunadamente, hay formas de producir este antioxidante mediante la fermentación de levaduras en laboratorio, lo que permite la elaboración de suplementos dietarios para incorporarla. Por su efecto profundo a nivel celular, la suplementación con coenzima Q10 se recomienda como tratamiento antienvejecimiento, como protector cardiovascular y como alivio a las tensiones y
dolores musculares, en especial cuando son producto de la actividad física.
Otro de los efectos más relevantes de la suplementación con Q10 es la regeneración de las células de la piel, por lo que se utiliza en dermocosmética. Y en el caso de los varones, además, favorece la función eréctil, relacionada directamente con la buena circulación sanguínea.
Hoy en día existen en el mercado suplementos nutricionales con Coenzima Q10, como la Coenzima Q10 de Alta Pureza (ubiquinona), de laboratorios Ysonut, en cápsulas de 100 mg de Q10 obtenida de levaduras de alta calidad, sin transgénicos (OGM), sin TACC (apto para celíacos) y con vitamina E (que potencia el efecto antioxidante) para consumo diario.