La tercera temporada de MasterChef Celebrity sigue su curso y situaciones complejas que se veían en las anteriores ediciones se vuelven a repetir. En esta oportunidad, los cocineros se dividieron en parejas y cada dupla tenía que cocinar lo mismo y hasta emplatar igual, pero con una salvedad: fueron separados por un muro.
Titi Fernández y Joaquín Levinton compitieron juntos, pero nunca lograron congeniar. A los gritos, nunca se pusieron de acuerdo y eso se vio al final, cuando el jurado les dio la devolución. La comunicación fue la mayor complejidad. Incluso, en un momento, porque ya no tenía voz, Fernández agarró un megáfono.
En el caso de ellos, tuvieron que cocina pollo como preparación principal, pero el desconcierto estuvo desde el primer minuto. Sin dudas vivieron una jornada de mucho estrés, sobre todo en el caso del periodista, que no lograba congeniar con el músico, encargado de dar las indicaciones.
En un momento le dio tantas ordenes, ojo acá, ojo allá…que Titi pegó un grito que asustó a los otros concursantes. “Para de hablar Titi, que alguien lo calle”, tiro entre risas Paulo Kablan. El desentendimiento fue tal, que provocaron que los rivales se lo tomaran con humor, ya que fue una verdadera escena y pase de comedia lo que hicieron.
“Me estoy volviendo loco. No puedo más de los gritos”, sentenció Fernández, al mismo tiempo que se tuvo que sentar para recuperar el aire: "Me siento mal". Y enseguida, al ver que su interlocutor no le respondía, fue por más: “¿Me entedés o no me entendés?”. “Bueno, pero no te enojes”, tiro Levinton y así estuvieron entre dimes y diretes hasta el final.