Si bien Felipe Colombo nació en México, ya es uno más de los nuestros. Llegó a Argentina a los 15 años y rápidamente se transformó en uno de los actores más queridos gracias a su incursión en la factoría Cris Morena, como parte de Chiquititas. Para ese entonces ya era conocido en su país, ya que inició su carrera a las 12.
Colombo estuvo en PH, Podemos hablar, y en un momento, cuando Andy Kusnetzoff pidió que pasen al punto de encuentro los que sufrieron bullying, él lo hizo. Contó que en tierras aztecas lo molestaban por su altura e incluso cuando jugaba a la pelota. Cuando se daban cuenta de quién era lo iba a buscar y le pegaban.
Pero cuando llegó a Buenos Aires, lejos de apaciguarse, eso se incrementó. Sin ir más lejos, por eso vivió le quedó una lesión de por vida. Ocurre que por trabajo fue a una escuela en la que había muchos chicos “repetidores”, para terminar los dos años que le quedaban de secundaría. Allí eran más grandes y no le tenían piedad.
“Ya estaba en Chiquititas, era un chufo, era extranjero, no tenía un grupo de pertenecía y de amigos…Si bien tenía mi grupo de trabajo, con el que me llevaba muy bien, en ese momento era un grupo de trabajo. Había una cosa de compañeros de trabajo y en la escuela se me complicaba un poco”, comenzó contado su experiencia.
Luego de eso, contó la situación que le dejó una secuela física: “Yo tengo una lesión en un testículo, de uno que vino, y me agarró, me cazó así y me dijo ‘chiflá chufo’, y me lesionó”, recordó. Pero eso no fue lo único: “Yo tenía un 147 (un auto marca Fiat) en ese momento y me ponían clavos en las ruedas, era picante”.