Desde el inicio de Gran Hermano, Alfa y Romina asumieron de algún modo, el rol de 'padres' dentro de la casa. Ellos manejaban la cocina, definían qué se iba a comer, en qué cantidad y cuándo así como supervisaban las compras del super y administraban otras cuestiones de convivencia.
Al principio funcionó pero a medida que se acerca la final y quedan cada vez menos participantes, se empiezan a medir fuerzas y los roces por ese tipo de cuestiones, crecen. La Tora se cansó de ver cómo Romina se pone en el rol de administradora y la encaró varias veces pero esta semana se le fue al humo por los cigarrillos.
Sucede que Romina decidió por cuenta propia, bajar el número de atados de cigarrillos en el pedido semanal a Gran Hermano para que tuvieran un resto superior a la hora de comprar alimentos y la Tora no se lo bancó.
"Pedí 5 atados de cigarrillos porque sino, era un montón de plata en esto", explicó la ex Diputada y su compañera se indignó: "¿Por qué? Si teníamos un resto de comida, un stock. Yo voy a quedar mis dos paquetes".
Luego, con Nacho y Rodolfo presentes, se despachó: "Nos quejamos de Alfa que se hacía el dueño y parecen que son dos los dueños. Toma decisiones por su cuenta... tan locos".
Al final, Romina tuvo que ceder y pedir en el confesionario que se ajustara la cantidad: "Sino, me van a matar", acotó con gesto de cansancio.
Poco después, las mujeres volvieron a cruzarse por la compra del super. La Tora quería ir con Nacho pero Romina se negaba y nuevamente, la primera se terminó imponiendo: "Ya repitieron todos y queríamos ir con Nachito".